Principe Guillermo y Kate Middleton han decidido iniciar un nuevo capítulo en su vida familiar al mudarse con sus hijos Jorge, Carlota y Luis a una propiedad de ocho habitaciones en Forest Lodge, ubicada en Windsor Great Park.
De acuerdo con el medio The Sun, la familia real busca un "hogar para siempre" tras tres años difíciles, marcados por la muerte de la Reina Isabel II, en 2022, y los diagnósticos de cáncer que afectaron a Middleton y al Rey Carlos III, en 2024.
Forest Lodge, alejada del Palacio de Buckingham y del Castillo de Windsor, ofrece a los Príncipes de Gales un entorno íntimo y seguro para criar a sus hijos, pues se encuentra cerca de la escuela Lambrook, donde estudian los menores, y acompañarlos de cerca en su educación.
Además, Guillermo, de 43 años, podrá disfrutar de su pasión por el fútbol, ya que desde su dormitorio se puede ver el Arco de Wembley.
La mudanza y todas las renovaciones están siendo financiadas por la pareja, sin costo para los contribuyentes, y no contarán con personal residente. Esto contrasta con la experiencia de Enrique y Meghan Markle en Frogmore Cottage, quienes inicialmente recibieron fondos públicos para su remodelación.
Las renovaciones de Forest Lodge incluyen la instalación de nuevas puertas y ventanas, redistribución de algunos espacios interiores, renovación de techos y pisos, manteniendo la estructura y elementos históricos como cornisas de yeso, chimeneas de mármol y ventanas venecianas.
La propiedad, que pertenece al Rey Carlos III bajo el cuidado de The Crown Estate, fue renovada por última vez en 2001.
"Windsor se ha convertido en su hogar", aseguró una fuente a The Sun. "Mudarse les da la oportunidad de empezar de cero y escribir un nuevo capítulo, dejando atrás algunos de los recuerdos más tristes".
Durante su estancia en Adelaide Cottage, su residencia anterior cerca del Castillo de Windsor, los últimos años estuvieron llenos de retos personales, incluyendo la muerte de la Reina Isabel II, en 2022.
En febrero de 2024, se dio a conocer que el Rey Carlos III había sido diagnosticado con cáncer, y poco tiempo después, Kate también recibió el diagnóstico y comenzó su tratamiento desde la misma residencia.