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Ca7riel y Paco Amoroso reinan en solitario en el Palacio

La vibra, la energía, la complicidad y el amor fraternal que existe entre Ca7riel y Paco Amoroso se siente en cada gota de sudor que el dúo argentino salpica en sus shows, en cada letra extravagante y en las muecas traviesas dibujadas en sus rostros.

Así lo comprobaron las 18 mil personas que llenaron la noche de este viernes el Palacio de los Deportes, según cifras de organizadores. Todas ellas finalmente lograron ver a la dupla viral en solitario, sin formar parte del cartel de un festival.

Tenía que suceder. Después de su paso este año por el Bahidorá, en Morelos, y el Ceremonia, en CDMX, y tras un sorpresivo show case en el Mercado de Jamaica en abril pasado, ahora sólo fueron ellos, sus músicos y sus locuras en el Domo de Cobre.

La música "degenerada" (sin género, como ellos mismos la definen) comenzó a fluir cuando se terminaron de erigir dos enormes inflables del rostro de cada uno en el escenario, a las 20:25 horas.

Acto seguido, los siete músicos que siempre acompañan a la dupla abrieron paso para que Ca7riel y Paco, vestidos con trajes con hombreras prominentes al estilo Talking Heads, subieran a una tarima circular sobre el escenario desde donde dieron la primera parte de su show.

Cortinas de fuego y las notas de su mega éxito "Dumbai" dieron inicio al recital con gritos ensordecedores, vasos de cerveza chocando y un ánimo de fiesta a tope. La emoción se notaba en las sonrisas y ojos de los fans, en su mayoría adolescentes y millenials.

Su mezcla de trap experimental, hip-hop, EDM, pop latino, jazz fusión, house rock y hasta cumbia resonó en el recinto con tems provenientes de su disco Baño María y de su EP Papota, como "Baby Gangsta", "Mi Diosa", "Mi Deseo", "Bad Bitch", "Impostor" y su electrizante "La Que Puede, Puede".

Con apellidos sospechosamente similares, Catriel Guerreiro y Ulises Guerriero (sus nombres reales), estos eternos amigos de la infancia presumieron sus dotes musicales: Ca7riel domó a su guitarra, la hizo dar piruetas y la rasgó con maestría, mientras que Paco sorprendió con su voz, su humor irreverente y su flexibilidad al saltar y bailar.

Los exponentes de la primera ola de música urbana que surgió en Argentina, ya son mucho más que eso. Y se notó durante el show: se saben estrellas internacionales.

Lo mismo se miden con el director de orquesta Gustavo Dudamel y la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles, en Coachella, que con Kendrick Lamar, a quien le abrirán sus conciertos latinoamericanos este año, como el del próximo 23 de septiembre en el Estadio GNP como parte de su gira "Grand National Tour".

La estela de su concierto en el formato Tiny Desk, que a 10 meses de salir en YouTube ya cuenta con 40.5 millones de visualizaciones, estuvo presente durante todo el concierto. Ya sea en sus estrafalarios vestuarios, su dinámica juguetona sobre el escenario, el hecho de que gran parte del set estuvieron sentados, o los arreglos musicales bizarros y pegajosos.

El dúo, adueñándose completamente del escenario y sin camisas, parecía que estaba dando varios conciertos en uno: un set de electrónica con todo y fuego y rayos láser multicolores durante "Supersónico", "Polvo", "Coca Cola" y "McFly"; la sección romántica con "Pirlo" y "Reforro", y el desenfreno más rockero y experimental con "Ouke" y "Cono Hielo".

"¡Cómo los extrañábamos!", gritó Ca7riel hacia la recta final del show. "Estamos agradecidos con México de todo corazón y vamos a volver todas las veces que quieran", añadió Paco, con su característica sonrisa.

La fraternidad y la alegría genuina (además del olor a marihuana) impregnaron el ambiente con el encore de la noche, un combo conceptual de "#Tetas" y "El Día del Amigo", en donde un cuarteto de strippers masculinos salieron para bailar junto a los argentinos, quienes se fusionaron en abrazos de euforia y complicidad.

El cenit del espectáculo llegó con "El Único", quizás su rola más emblemática, en donde dejaron que la audiencia cantara el coro completo más de una vez. "No contaban con mi astucia", lanzó Ca7riel con jiribilla y referencia a "El Chavo del 8" para cerrar lo que ellos mismos definieron como una noche épica en su "Papota Tour".

 

 

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