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Kodak se enfrenta a su declive

Kodak acumula una deuda que asciende a 600 millones de dólares y tiene hasta mayo de 2026 para liquidar

En 1888, en momentos en que la electricidad no era común en los hogares, George Eastman entregó al mundo una cámara fotográfica que prescindía de las placas de vidrio para capturar la imagen. Kodak nació.
 
 Quien dominara el mercado de la fotografía en México y el mundo en la segunda mitad del Siglo XX, hoy está en riesgo de desaparecer.
 
 En su último informe trimestral, Kodak reconoció ante sus inversores problemas financieros difíciles de aliviar que podrían comprometer la continuidad operativa de la empresa en un futuro.
 
¿Qué le pasa a Kodak?
 
En su informe, Kodak aseguró que su principal problema son las deudas. Kodak acumula una deuda que asciende a 600 millones de dólares y tiene hasta mayo de 2026 para liquidar. En este monto se encuentran 99 millones de dólares de acciones preferentes Serie B; 477 millones en préstamos a largo plazo y 24 millones en cartas de crédito.
 
 El problema es que Kodak no tiene el dinero ni financiamiento asegurado para cubrir esos compromisos cuando lleguen sus fechas de pago debido a la incertidumbre que dejaron sus últimos reportes de ingresos.
 
 Por ejemplo, en los primeros seis meses de 2025, Kodak registró ganancias netas de 33 millones de dólares, en contraste, en el mismo periodo de 2024, reportó ganancias netas por 58 mdd.
 
 La hecatombe provino del tambaleo de su principal motor: la impresión. Los ingresos del segmento fueron de 368 mdd en los primeros seis meses de 2024, mientras que en el mismo lapso de 2025, los ingresos de este segmento cayeron a 343 mdd.
 
 El print representa dos tercios de los ingresos totales de Kodak y ahora se contrae. La caída de 25 mdd, que equivale a un 7 por ciento, revela pérdida de fuerza en su negocio más importante. 
 
La empresa menciona específicamente una desaceleración en la demanda de los clientes de planchas, es decir, las tecnologías y materiales empleados para la impresión de formato de gran tamaño y para el sector industrial.
 
 La caída se debe principalmente a un menor volumen de ventas en todas sus áreas clave: Prepress Solutions (planchas de impresión), Electrophotographic Printing Solutions (EPS), Software y Prosper (impresión digital de alta velocidad).
 
Refiere además mayores costos de aluminio, un componente clave para sus planchas de impresión.
 
Aranceles se suman al golpe 
 
Kodak explicó que los aranceles a una serie de productos importados, entre los que se incluyen el aluminio y el acero, impuestas por el Gobierno de los Estados Unidos bajo la presidencia de Donald Trump, dieron lugar a un aumento de los costes de fabricación.
 
 Si bien, precisó, logró mitigar los efectos de los aranceles durante los primeros seis meses de 2025, Kodak indicó que el impacto final de cualquier arancel es incierto y dependerá de diversos factores, entre ellos si los aranceles se mantienen.
 
 Pese a su postura sobre los aranceles, Kodak admitió que el 28 de septiembre de 2023 presentó solicitudes formales ante el Departamento de Comercio de Estados Unidos y la Comisión de Comercio Internacional para que se impusieran derechos antidumping y compensatorios contra las planchas de impresión importadas de China y Japón, alegando que se vendían a precios injustamente bajos y, en el caso chino, con subsidios estatales.
 
 Como resultado de las pesquisas de los organismos federales, se impusieron aranceles a las importaciones estadounidenses de placas.
 
 Para placas de Fuji fabricadas en China se impuso el 115.84 por ciento y del 317.43 por ciento sobre las placas fabricadas en China por otras entidades a partir del 1 de mayo de 2024.
 
Además, se decretaron derechos compensatorios del 35.66 por ciento sobre prácticamente todas las placas fabricadas en China, aplicados a las placas importadas a partir del 1 de marzo de 2024, y se concedieron derechos antidumping del 91.83 por ciento sobre prácticamente todas las placas fabricadas en Japón, aplicados a partir del 1 de mayo de 2024.
 
 Sin embargo, Kodak reconoció que no hay garantía de que estas medidas le brinden un alivio efectivo ni de que se mantengan ante posibles apelaciones o impugnaciones.
 
Patadas de ahogado
 
 Ante la falta de efectivo, el plan de Kodak es una maniobra financiera audaz pero arriesgada: liquidar su antiguo plan de pensiones para obtener una inyección de capital. No es dinero que estén generando con sus ventas, sino una liberación de fondos previamente apartados.
 
 El dilema es que la misma Kodak admite que este plan es una apuesta. Depende de procesos regulatorios, de las condiciones del mercado para comprar las anualidades de los pensionados y de otros factores externos, como los movimientos arancelarios de Trump, fuera de su control.
 
 Kodak está en una carrera contra el tiempo.
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