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Paralizan lluvias a miles en CDMX

Mientras algunos viajeros no habían podido llegar a citas de trabajo, otros tenían en suspenso sus vacaciones familiares

Por tercer día consecutivo, las lluvias paralizaron ayer a la Capital del País desde las primeras horas.
 
A las inundaciones que se reportaban en cinco alcaldías, producto de las fuertes precipitaciones durante la madrugada, se sumaron las afectaciones a 19 mil 500 usuarios del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), luego de que las operaciones de despegue y aterrizaje se suspendieron por casi cuatro horas.
 
En las dos terminales del aeropuerto se registraban por la tarde largas filas en las que los usuarios debían esperar por hasta tres horas para ser atendidos.
 
Jacobo Farchie sumaba más de 16 horas varado en el AICM, a donde había llegado para tomar un vuelo hacia Israel, en donde se reuniría con su esposa que se encontraba en labor de parto.
 
"Lo más frustrante. Mi esposa está dando a luz en Tel Aviv y yo estoy aquí y nadie nos responde, no he dormido, no nos dan hospedaje, no nos dan nada", narró.
 
Mientras algunos viajeros no habían podido llegar a citas de trabajo, otros tenían en suspenso sus vacaciones familiares. Varios se vieron obligados a permanecer en CDMX desde el domingo.
 
Las estaciones del Metro Hangares y Pantitlán amanecieron anegadas. La primera dejó de operar durante la mañana, mientras en la segunda personal habilitó andadores con trafitambos recostados para que los usuarios sortearan los encharcamientos, aunque la mayoría optó por caminar en el agua.
 
"Con jaladores y jergas nos tardamos más de cinco horas en limpiar, mucha gente que tenía que llegar a trabajar a tiempo caminó dentro del agua, no les quedaba de otra", narró Esther Flores, trabajadora de limpieza de la estación.
 
El Gobierno capitalino reportó de forma preliminar 400 viviendas dañadas por las lluvias de esta semana en las alcaldías Venustiano Carranza y Gustavo A. Madero.
 
En la Colonia Pensador Mexicano, en Venustiano Carranza, la vecina Guadalupe Chavando lamentaba el daño a los muebles de su sala y estaba aún en expectativa de si su refrigerador encendería cuando estuviera completamente seco.
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