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Abre Petro diálogo con Clan del Golfo

 

El Presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció ayer el inicio de "conversaciones" en el extranjero con el Clan del Golfo, la mayor banda de narcotráfico del país sudamericano que bate récords de narcocultivos.

El poderoso grupo ilegal de origen paramilitar -que se hace llamar Ejército Gaitanista de Colombia-, con más de 7 mil 500 miembros entre combatientes y redes de apoyo, es el mayor productor de cocaína del mundo y uno de los principales retos de seguridad del Gobierno izquierdista.

"Hemos iniciado conversaciones fuera de Colombia con el autodenominado Ejército Gaitanista", indicó Petro durante un evento en Córdoba, sin dar más detalles.

Álvaro Jiménez, delegado del Gobierno en las conversaciones, indicó a AP que ya fue superada la etapa inicial en los diálogos, y compartirán más detalles cuando obtengan resultados concretos.

Petro no dio a conocer el país en el que se llevaron a cabo los acercamientos y Jiménez también se rehusó a revelar esa información.

El Clan del Golfo insiste en ser reconocido como un grupo político, así como recibir un trato judicial diferenciado similar al de la guerrilla y los escuadrones paramilitares.

A finales de julio, el Gobierno propuso ante el Congreso un proyecto de ley que incluye beneficios para las organizaciones criminales de alto impacto, un término usado para las bandas ilegales, a menudo dedicadas al narcotráfico, una categoría en la que cabría el Clan del Golfo.

La iniciativa busca aplicar mecanismos especiales de privación de la libertad, reparación de las víctimas y transformación de los territorios.

"No es más que elevar a los delitos, incluso graves, a la Justicia restaurativa", explicó entonces el Mandatario.

Desde que inició su mandato en 2022, Petro ha apostado al proyecto gubernamental de "paz total", con el que pretende negociar y desarmar a los múltiples grupos ilegales en el país, sin éxito hasta ahora.

Colombia aún lidia con grupos armados ilegales, pese a que en 2016 el Estado firmó un acuerdo de paz con las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Otros civiles armados han copado los territorios que dejó esa guerrilla en su intento de controlar las lucrativas economías ilícitas.

"Estamos intentando quitar las finanzas de los grupos que hacen arder la violencia en muchas regiones de Colombia", afirmó el Presidente.

En medio del récord de narcocultivos en el país, con 253 mil hectáreas registradas en 2023 según la ONU, las Fuerzas Armadas encabezan una gran ofensiva para intentar frenar al grupo narcotraficante.

Se espera que en septiembre Estados Unidos decida si renueva la certificación a Colombia como aliado en la lucha antidrogas. Si no lo hace, el país sudamericano dejará de recibir recursos de Washington para combatir a las guerrillas y los narcotraficantes.

 

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