Las olas de calor son, por detrás de la contaminación, el segundo factor ambiental que más influye en la morbimortalidad en España (tasa de muertes por enfermedad en un tiempo determinado). De hecho, son las responsables del 9 % del impacto ambiental en la salud.
Este impacto de la contaminación y las olas de calor lo constata el informe “Influencia del medioambiente urbano en la salud de las personas”, elaborado por el Instituto de Biodiversidad y Medioambiente BIOMA, en el marco de la Cátedra Sanitas de Salud y Medioambiente de la Universidad de Navarra.
Nueva ola de calor
Esta semana España vive una nueva ola de calor, que se prolongará como mínimo hasta el próximo domingo y que ya se ha cobrado una víctima mortal: un hombre de 85 años en la localidad pacense de Torremayor.
Según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), en algunas estaciones de las provincias de Badajoz y Ciudad Real se alcanzaron el pasado domingo los 43,5 grados.
Análisis de varios parámetros ambientales
El documento del BIOMA analiza la influencia de ocho parámetros ambientales urbanos (calidad del aire, temperaturas extremas, zonas verdes, movilidad urbana, agua, contaminación acústica, contaminación lumínica, y seguridad urbana) y cómo afectan a la salud de la población.
De esta forma, los investigadores que han impulsado el estudio han creado un índice denominado ‘Harmony’ (Health and Risk Monitoring of Urban Environments) para conocer el impacto ponderado que tienen tanto la calidad del aire y las temperaturas extremas, como la presencia de zonas verdes y la existencia de planes de movilidad sostenible sobre la salud de las personas.
Consejos para combatir el calor
Con este panorama, los expertos de Sanitas han elaborado una serie de recomendaciones para minimizar el impacto de las olas de calor:
Mantener una humedad adecuada: usar humidificadores puede facilitar la respiración y mitigar la sequedad en las mucosas.
Acondicionar el hogar: cerrar persianas en las horas de máxima exposición solar o usar colores claros en paredes y cortinas para reflejar el calor.
Evitar el ejercicio físico intenso: especialmente durante las horas de más calor, porque aumenta el esfuerzo del sistema respiratorio y eleva el riesgo de deshidratación, fatiga y afecciones cardiovasculares.
Prestar atención a los síntomas del golpe de calor: fiebre elevada, piel seca, sensación de agotamiento, dificultad para respirar, mareos o confusión son los signos característicos de esta afección.
En caso de detectar alguno de ellos, es fundamental acudir a los servicios de atención médica.