La brecha de ingresos por género persiste en México, según datos del Inegi. En 2024, las mujeres percibieron un ingreso mensual promedio de 7,905 pesos, 34% menos que los hombres, quienes ganaron en promedio 12,016 pesos, lo que representa una diferencia de 4,111 pesos. Esta desigualdad se ha mantenido a lo largo de los años, aunque con una ligera tendencia a la reducción. En términos generales, por cada peso que gana un hombre, una mujer recibe sólo 66 centavos.
Las diferencias de ingreso también se reflejan por grupo de edad y número de hijos. En los hombres, el mayor ingreso se alcanza entre los 40 y 59 años, mientras que en las mujeres es entre los 30 y 49 años. Además, las mujeres tienden a recibir ingresos menores conforme aumenta el número de hijos, alcanzando su punto más alto cuando tienen sólo uno. En contraste, los hombres alcanzan su mayor ingreso cuando tienen dos hijos, lo que evidencia una penalización económica mayor para las mujeres por la maternidad.
Uno de los factores estructurales que impiden la equidad salarial es la carga de trabajo de cuidados, que recae principalmente en las mujeres. De acuerdo con la ENASIC 2022, 31.7 millones de personas en México realizan labores de cuidado, y el 75.1% son mujeres. Esto ha limitado su participación laboral, que se mantiene entre 43% y 46%, por debajo del promedio de los países de la OCDE (67%), afectando directamente su capacidad de generar ingresos propios.