El presidente de Irán, Masoud Pezeshkian, inició este sábado su primera visita oficial a Pakistán para cimentar una nueva alianza, en un acercamiento acelerado entre dos vecinos que tiene lugar entre la creciente inestabilidad en Oriente Medio.
Acompañado por una delegación de alto nivel que incluye al ministro de Exteriores, Seyyed Abbas Araghchi, Pezeshkian fue recibido primero en la ciudad de Lahore por el ex primer ministro Nawaz Sharif, para después aterrizar en Islamabad, donde le esperaba el actual jefe de Gobierno, Shehbaz Sharif.
Durante su visita, el mandatario iraní también se reunirá con el presidente paquistaní, Asif Ali Zardari.
El encuentro con Sharif busca consolidar una cooperación que ha ganado tracción en los últimos meses, especialmente después de que Islamabad mostrara su apoyo a Teherán durante el conflicto con Israel y EE.UU. el pasado junio.
Aunque las relaciones sufrieron una grave crisis en enero de 2024 con un breve intercambio de ataques fronterizos, ambos países han protagonizado una rápida desescalada, priorizando ahora una agenda común centrada en la seguridad y la cooperación económica.
La agenda económica se centra en el objetivo de elevar el comercio bilateral de los 3.000 millones de dólares actuales a una meta de 10.000 millones. Sobre la mesa está también el futuro del gasoducto Irán-Pakistán (IP), un proyecto clave para la seguridad energética de Islamabad pero que lleva más de una década estancado por la amenaza de sanciones de EE.UU.
En un intento por evitar una penalización de 18.000 millones de dólares por incumplimiento de contrato, Pakistán aprobó en febrero la construcción de un pequeño tramo de 80 km.
En materia de seguridad, la agenda de la visita incluye la creación de mecanismos conjuntos para combatir la actividad de grupos insurgentes en su porosa frontera de más de 900 km, causa principal de la crisis militar de enero de 2024.
Ambos países han identificado el terrorismo como un "enemigo común" y buscan un mayor intercambio de inteligencia y coordinación.