Sin mencionar a España, la Presidenta Claudia Sheinbaum insistió en que se debe pedir perdón a los pueblos indígenas por las atrocidades durante el proceso de Conquista, como lo planteó el ex Presidente Andrés Manuel López Obrador para 2021, cuando se celebró por primera vez la fundación de Tenochtitlán.
"Los gobiernos que tienen el valor de pedir perdón por las atrocidades del pasado que marcaron su historia no se debilitan, se reconcilian consigo mismos y crecen con una libertad que sólo otorga la verdad profunda", sostuvo.
"El Gobierno de México ha puesto en el centro a quienes fueron históricamente relegados. Por primera vez se ha reivindicado su lugar, su tierra, su agua, su cultura, su palabra, sus derechos elevados al rango constitucional y ha otorgado perdón por atrocidades del pasado a los pueblos mancillados, reconociendo la profundidad de la palabra justicia", aseguró.
Por segunda ocasión, Sheinbaum celebró los 700 años de la fundación de Tenochtitlán. El primero, el 13 de mayo de 2021, fue un invento de López Obrador para festejar al mismo tiempo los 200 años de la independencia, los 500 de la caída de Tenochtitlán y los 700 de su fundación, en realidad datada el 26 de julio de 1325.
En el Zócalo de la Ciudad, la Presidenta recordó la fundación de la ciudad azteca, el descubrimiento deslumbrante por parte de los españoles y la conquista atroz que sufrió la ciudad.
"Sin embargo, en lugar de comprenderlo, decidieron aplastarlo (...) la colonia no sólo sometió los cuerpos, sino también quiso someter las mentes que perduraron por siglos. Se buscó avergonzarnos de nuestro origen indígena como nación. A pesar que ser indígena, lo decían ellos, era sinónimo de atraso, de ignorancia, de barbaria", dijo frente a Palacio Nacional.
"Esa fue quizá la herida más profunda, una herida que estamos obligados, como mexicanas y mexicanos, a curar y a garantizar que se cure, porque fue alimentado por demasiado tiempo de discriminación. Por eso, reivindicamos el hoy, el hoy, que es el comienzo de esa cura, con la Cuarta Transformación de la vida pública", agregó, sin mencionar tampoco el festejo de hace cuatro años.
Al evento llegó todo el gabinete, excepto el Secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, y el titular de Marina, el Almirante Raymundo Pedro Morales Ángeles, para la escenificación del momento histórico con miles de danzantes y actores.
El festejo de hoy se llama "Siete siglos del legado de grandeza". El de hace cuatro años, "Siete siglos de historia".
La justificación del primer festejo lo dio la Comisión Presidencial para la Conmemoración de Hechos, Procesos y Personajes Históricos de México, creada por López Obrador 2019. Para tener un motivo, se planteó una "fundación lunar" y una "solar". La primera de la mujer, la segunda relacionada con lo varonil.
"Andan por ahí mencionando el año de 1321 y eso es una manipulación histórica", aseguró el arqueólogo Matos Moctezuma, fundador del Proyecto Templo Mayor.
"Esto pertenece propiamente a la historia de bronce. La historia de las festividades, de las conmemoraciones, del relato con intenciones gubernamentales", dijo el historiador emérito Alfredo López Austin.
"Declarar 1321 como año fundacional de Tenochtitlan es sólo la fantasmagoría de una política absorta en la sed del poder, otro fetiche", acusó el ex director del INAH Sergio Raúl Arroyo. La fecha más concreta era 1325 y aunque hace cuatro años también participó en el festejo como Jefa de Gobierno de la Ciudad, Claudia Sheinbaum lo confirmó este día.
De todos modos, entonces se emitieron monedas conmemorativas, se solicitó al Reino de España que pidiera perdón oficial por los agravios causados durante la Conquista, se invitó a la vicepresidencia de Brasil, Dilma Rousseff.
"Hoy conmemoramos nuestro origen, hoy conmemoramos a la gran México-Tenochtitlán", dijo Sheinbaum en su discurso, junto al Templo Mayor.
El segundo festejo tiene un videomapping para revivir el mito de Tenochtitlan, réplicas monumentales de esculturas mexicas como la Piedra del Sol, el Teocalli de la Guerra Sagrada y las diosas Coatlicue, Coyolxauhqui y Tlaltecuhtli, una representación teatral con más de 800 actores, desde Tenochtitlan hasta el México contemporáneo.
Además de una marcha de 3 mil 500 danzantes desde Chapultepec y la develación del memorial del Teocalli de la Guerra Sagrada, un monolito, en una esquina del Zócalo y del Palacio Nacional, ese lugar donde alguna vez estuvo un reloj que contaba los días que faltaban para el festejo de la independencia.
El ex director del INAH Diego Prieto aceptó la creación de la fecha de hace cuatro años.
"Se planteó como, digamos, alinear las grandes efemérides", dijo al llegar al Zócalo.
¿Que si no le daba la razón a quienes denunciaron el invento de la historia entonces?, le preguntaron.
"No hay una historia, digamos, de bronce inamovible", agregó.
El director del FCE, Paco Ignacio Taibo también minimizó el anterior hecho: "el sentido era claro, era celebrar una ciudad extraordinariamente longeva, con muchos años de historia de la Ciudad de México, pero sobre todo plantear un problema muy sencillo, que esta ciudad sí es una lucha social."