El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) revocó la expulsión de Enrique Ochoa del PRI, al considerar que las críticas a la elección interna y al líder priista Alejandro Moreno fueron libertad de expresión.
El ex presidente del tricolor aseguró a REFORMA que es una victoria a favor de la pluralidad dentro del PRI y un "sentón" para "Alito".
Inicialmente, el magistrado Felipe Fuentes propuso revocar la expulsión para que la Comisión de Justicia del PRI argumentara las razones de la expulsión, pues ésta estaba indebidamente fundada y motivada, aunado a que no era exhaustiva.
Sin embargo, por tres votos a favor, de Mónica Soto, Janine Otálora y Reyes Rodríguez, contra dos, de Felipe Fuentes y Felipe de la Mata, se determinó revocar la expulsión lisa y llanamente, por lo que la sanción se anula en definitiva.
El año pasado, Ochoa y otros ex presidentes del PRI criticaron e impugnaron la convención priista en la que se permitió que 'Alito' pueda perpetuarse en la dirigencia nacional hasta el 2032, si así lo quiere.
En respuesta, el PRI expulsó a varios de los ex dirigentes.
El Tribunal Electoral federal determinó que la Comisión de Justicia del PRI no comprobó la gravedad de la conducta de Ochoa.
"No basta con tener por probadas las conductas para concluir válidamente la afectación a la imagen y/o reputación del PRI ante la ciudadanía ni la supuesta afectación en los resultados electorales del partido", se lee en la sentencia.
Tampoco demostró la supuesta calumnia contra Alejandro Moreno.
Los magistrados Otálora y Reyes afirmaron que las críticas entran en la libertad de expresión.
"Las manifestaciones del denunciado están protegidas por la libertad de expresión que goza todo militante para disentir ante las decisiones de su partido", afirmó Reyes.
"En estos casos, la Sala Superior ha reconocido que los partidos, en su calidad de entidades de interés público deben tolerar la crítica interna, incluso cuando ésta resulte severa o incómoda para sus dirigentes".
Otálora agregó que los partidos deben ser el reflejo de una democracia, y ésta debe permitirse las voces disidentes.
"En casos como este se debe maximizar el derecho a la libertad de expresión, lo que implica el derecho a disentir de las y los militantes de los partidos políticos", advirtió Otálora.
"Siendo que en el caso el actor realizó expresiones que iban dirigidas, en efecto, a manifestar su desavenencia con las decisiones adoptadas por la dirigencia nacional del PRI, diferencias que en una sociedad democrática no revela ilicitud alguna".
Fuentes argumentó que desechar la expulsión en definitiva era una intervención a los asuntos internos del partido, por ello insistió en que debía dejarse al partido justificar la gravedad de la conducta de Ochoa.
"Creo que en ese sentido la propuesta amalgama, pondera, pone en una justa balanza estas dos situaciones, la defensa adecuada que formula el militante, y, por otra parte, los principios de autodeterminación, autoorganización y mínima intervención que establece nuestra Constitución Política", justificó, pero su propuesta no prosperó.