locales

Carretera Rioverde y la 57 verdaderas zonas de riesgo

La carretera Rioverde, particularmente los fines de semana, se ha transformado en un circuito informal de carreras ilegales

San Luis Potosí, SLP.- Por más discursos oficiales que escuchemos, San Luis Potosí está fallando rotundamente en lo más básico, -garantizar la seguridad vial y carretera.- Dos de las arterias más importantes del estado —la carretera Rioverde y la carretera 57— se han convertido en verdaderas zonas de riesgo, abandono y complicidad institucional. Y lo peor, todos lo saben, todos lo ven, pero nadie actúa con la seriedad que amerita.
 
Más de 400 mil motocicletas circulan actualmente en la zona metropolitana. El crecimiento es del 50% respecto a la época pre pandémica, y con ello también han aumentado los accidentes, las imprudencias y la anarquía vial.
 
La carretera Rioverde, particularmente los fines de semana, se ha transformado en un circuito informal de carreras ilegales. No es una exageración, jóvenes —incluso menores de edad— sin casco, sin permisos y sin ningún tipo de supervisión se disputan la vía como si se tratara de una competencia. Familias enteras en una sola moto, el uso de cascos inadecuados o inexistentes, y la proliferación de grupos sin reglamentos internos están generando un ambiente caótico y sumamente peligroso.
 
A pesar de los operativos de la Guardia Civil Estatal, lo cierto es que los resultados son limitados. Tres de cada diez accidentes viales en la capital potosina involucran a motociclistas, y los datos del INEGI son alarmantes, 97 muertes y más de 1,500 heridos en accidentes de moto entre 2019 y 2023. Solo en 2025 ya van al menos seis muertos más.
 
La respuesta oficial es insuficiente. Se requieren regulaciones claras, padrones confiables y una fiscalización real, no solo rondines reactivos. Lo que está en juego no es un estilo de vida recreativo, sino vidas humanas.
 
Y si la Rioverde es peligrosa por imprudencia y falta de control, la carretera 57 es directamente una zona de guerra no declarada. Migrantes potosinos que regresan a casa con la ilusión de reencontrarse con los suyos son recibidos con fusiles, encañonamientos y despojos sistemáticos.
 
Los testimonios son tan numerosos como consistentes, grupos armados operan en formación táctica, interceptan vehículos y ejecutan asaltos con precisión militar, así lo dan a conocer los transportistas de cargas víctimas de robos en la carretera 57.
 
Los puntos más críticos incluyen el entronque de Vía de Raíz, donde incluso hay reportes de extorsión. Transportistas han denunciado el uso de productos corrosivos para “fabricar” alteraciones en números de serie, todo con el fin de chantajear y sacar provecho económico.
 
San Luis Potosí está perdiendo el control de sus carreteras por qué si no se  regula ya la movilidad en la carretera Rioverde, los arrancones seguirán cobrando vidas. Si no se limpia y vigila la 57, seguirá siendo el corredor del crimen, en lugar del camino de regreso a casa.
OTRAS NOTAS