La relatividad de la vida internacional se agrava cuando los conflictos armados ahondan en lo más profundo de las naciones. Un ejemplo de ello es Gaza, territorio palestino, donde comer los nutrientes básicos para cualquier habitante se ha convertido en un lujo digno de la mejor experiencia turística en las ciudades más caras del planeta Tierra.
El alimento se ha vuelto un lujo en Gaza ante una inflación salvaje que sólo puede provocar la guerra. La revista Times consignó que, desde que las fuerzas israelíes reanudaron las operaciones ofensivas el pasado 18 de marzo en Gaza, “el precio de la harina ha subido 5000%, según los residentes, el del aceite de cocina, un 1200% y el kilo de azúcar puede alcanzar los 20 dólares”.
Ante esto, la organización humanitaria Islamic Relief rescata un testimonio: “Un huevo nos parece un sueño. Mi amigo me contó que no encuentra nada para su pequeña hija. Dijo: ‘Mi hija solo come pan hecho con alimento para ganado… lo encontré sin digerir en sus pañales’”.
"Gaza es el lugar más hambriento de la Tierra”, declaró a finales de mayo el portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas, Jens Laerke.
Según un informe de la ONU publicado el pasado 12 de mayo, en el enclave palestino unos 470 mil residentes habían alcanzado la “catástrofe”, definida como “hambre, muerte, indigencia y niveles extremadamente críticos de desnutrición aguda”.
PRECIOS POR LAS NUBES E INACCESIBLES
Y es que, según Times, los pobladores del norte de Gaza dicen que un kilo de arroz que costaba tres dólares en febrero, ahora cuesta 10. “La fórmula para bebés se ha cuadruplicado —llegando hasta 28 dólares el kilo, cuando en México un kilo y medio se puede conseguir hasta por 14 dólares—. Algunos productos, como la fruta y el pollo, simplemente no se pueden conseguir”; en tanto, el precio de una lata de chícharos ha subido 1000% Asimismo, se debe sumar el costo del gas para cocinar, que aumentó 2400%.
Para tener una idea clara: según los precios de Times, el medio kilo de mantequilla cuesta en Gaza 25 dólares; el litro de aceite 27; el kilo de arroz 10; una docena de huevo 43; un kilo de pescado 84, y uno de harina 14. La suma de estos ingredientes, que bien podrían incluirse en una comida completa, resulta en 203 dólares.
Un almuerzo sencillo en el restaurante Madame Brasserie, ubicado dentro de la Torre Eiffel de París, Francia, cuesta unos 80 dólares al tipo de cambio actual; empero, esto se reduce a 40 dólares por persona con menús completos en restaurantes como Franccette, que no está en la propia torre, pero que sí tiene una vista espectacular al pie de la misma.
Pensemos que en Gaza tres personas podrían comer con esos ingredientes, tendríamos un costo de 65.3 dólares por persona, más de lo que cuesta el menú de un restaurante.
Claro, las porciones son variables entre la comida para los gazatíes y los restaurantes turísticos; cualquiera podría decir: “En Gaza, con una docena de huevos y un kilo de pescado comen 10 personas”; sin embargo, habría que tomar en cuenta el nivel de desnutrición y de hambre de los palestinos.
En este escenario devastador, para los palestinos el lujo no es París, es sobrevivir con los nutrientes mínimos a precio de primer mundo o arriesgar la vida buscando donaciones internacionales, rodeados por escombros.