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Justicia por mano propia ante la ausencia policial en el Centro Histórico

Un hombre en estado de ebriedad fue sometido tras vandalizar un local comercial ubicado sobre Eje Vial

San Luis Potosí, SLP.- La inseguridad, el abandono institucional y la creciente impunidad siguen alimentando la tensión en pleno corazón del Centro Histórico de la capital potosina. Este viernes comerciantes de la zona protagonizaron un nuevo episodio de justicia por mano propia, luego de que un hombre en evidente estado de ebriedad vandalizara un local comercial sin que la policía municipal hiciera acto de presencia, a pesar de los reiterados llamados.
 
Los hechos ocurrieron sobre el Eje Vial, cuando un sujeto de aproximadamente 50 años caminaba tambaleante por la banqueta, profiriendo insultos a todo aquel que se cruzara en su camino. Testigos señalan que el individuo venía discutiendo con otra persona y, al pasar frente a un establecimiento, la dueña del local le advirtió que tuviera cuidado con las vitrinas que estaba limpiando. La respuesta del agresor fue gritarle e insultarla con prepotencia, para luego —según denuncian— romper intencionalmente las vitrinas con total alevosía.
 
Ante la agresión, varios locatarios y transeúntes se organizaron rápidamente para detener al hombre, quien mostraba claros signos de embriaguez. La afectada llamó a la policía municipal en repetidas ocasiones, pero como ya es costumbre en esta ciudad, la autoridad brilló por su ausencia.
 
La falta de respuesta encendió aún más el enojo entre los presentes, quienes decidieron retener al sujeto y golpearlo levemente mientras esperaban a los oficiales. Sin embargo, la patrulla nunca llegó.
 
Lo más alarmante, denuncian los comerciantes, es que el individuo sigue deambulando libremente por las calles del Centro Histórico, repitiendo su patrón de insultos, provocaciones y amenazas. Su conducta errática, alimentada por el consumo de alcohol, representa un riesgo no solo para quienes trabajan en la zona, sino para cualquier ciudadano que transite por ahí.
 
“El señor sigue suelto, la policía no hace nada. Hoy fue una vitrina, mañana puede ser una persona”, advirtió una de las locatarias afectadas, visiblemente molesta por la indiferencia de las autoridades.
 
Este hecho no solo revela la vulnerabilidad en la que operan cientos de comerciantes del centro potosino, sino también el abandono institucional que padecen desde hace años. Las cámaras de vigilancia no disuaden, las patrullas no aparecen, y las denuncias se pierden en la burocracia o en la negligencia.
 
La ciudadanía, cansada de esperar que las instituciones hagan su trabajo, comienza a asumir tareas que deberían ser exclusivas del Estado. Sin embargo, la justicia por mano propia no es una solución sostenible ni segura.
 
¿Cuántos llamados más se necesitan para que la policía municipal de San Luis Potosí actúe con prontitud? ¿Cuántas agresiones deben registrarse para que se considere una emergencia?
 
Mientras tanto, el Centro Histórico —que debería ser un espacio de convivencia, historia y comercio— se convierte cada día más en tierra de nadie, donde la impunidad camina borracha y la autoridad duerme.
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