Libertad de opinión
DURANTE EL SEXENIO DE ANDRÉS Manuel López Obrador —y lo que va del de Claudia Sheinbaum— hemos visto cómo, desde la “mañanera”, se ha negado todo: escándalos, filtraciones, investigaciones.
CADA SEÑALAMIENTO SE RESPONDE con el mismo libreto: negar, atacar al medio, descalificar al mensajero. Pero la realidad, terca como siempre, termina alcanzándolos.
AHÍ ESTÁ EL CASO QUE HOY LOS tiene de cabeza. Recordemos, que, en octubre de 2022, López Obrador y Adán Augusto López Hernández —entonces presidente y secretario de Gobernación— se lanzaron con furia contra los medios que exhibieron informes de inteligencia que apuntaban a una podredumbre insólita: los jefes de seguridad de Tabasco, nombrados por el propio Adán Augusto, aparecían fichados como líderes del grupo criminal “La Barredora”. Entre ellos, Hernán Bermúdez Requena.
¿QUÉ HICIERON? LO DE SIEMPRE. Descalificar. Adán Augusto se burló y dijo que eran “fantasías”, “chismes” y “dizque filtraciones”. Hasta desafió: “Que presenten denuncias penales”. Pues no eran cuentos y menos fantasías.
HOY, BERMÚDEZ REQUENA —exsecretario de Seguridad y Protección Ciudadana de Tabasco— está prófugo, con orden de aprehensión por presuntos nexos con el narco. La orden existe desde febrero de este año. ¿No que no?
LA MISMA LLORADERA. EL pulpo camionero vuelve a llorar. Margarito Terán, líder vitalicio de ese gremio que lleva más de 30 años repitiendo la misma cantaleta, otra vez llora porque, según él, los permisionarios no tienen para renovar unidades que ya cumplieron su ciclo de diez años. Vieja táctica: lloriquear para que políticos de turno paguen favores.
ASÍ FUE ANTES: CADA SEXENIO SE repartían privilegios a cambio de movilizaciones. Ahora, la cantaleta es la misma. ¿Quién morderá el anzuelo esta vez?
EL ACOSO TOLERADO. EN EL Ayuntamiento de San Luis Potosí, las trabajadoras viven un verdadero infierno que todos fingen no ver. Las denuncias por acoso sexual y laboral se acumulan, pero la cloaca está bien localizada: direcciones de ingresos y comunicación social.
Y YA SABEMOS POR QUÉ EL alcalde Enrique Galindo hasta la fecha no ha movido un dedo: en la Contraloría tiene a Gabriela López, quien encubre el mugrero y empolva las múltiples denuncias.
VARIAS VÍCTIMAS SEÑALAN directamente a Eduardo Marceleño, director de comunicación, quien se comporta cada vez más violento, grita, insulta y amenaza a su equipo.
NO SOLO ES CON LAS EMPLEADAS, también una mujer periodista ya lo denunció ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos por acoso y agresiones.
EL EXPEDIENTE CRECE, IGUAL QUE la presión sobre Galindo, quien por fin parece abrir los ojos. Marceleño podría salir volando de la administración tras el informe.