Los ex consejeros electorales Lorenzo Córdova, Ciro Murayama y Leonardo Valdés coinciden en que la anunciada reforma electoral que impulsa el Gobierno federal entraña dos peligrosos riesgos: que borre del mapa político el pluralismo y acabe por capturar al árbitro.
Miembros del Instituto de Estudios para la Transición Democrática (IETD), los ex consejeros advirtieron el domingo de esos riesgos y formularon un paquete de propuestas orientado a impedir que prospere lo que consideraron sería una "regresión" que significaría poner "el último clavo de la involución autoritaria".
Lorenzo Córdova, ex consejero presidente del INE señala varios de los puntos que les parecen "profundamente preocupantes": el abaratamiento de las elecciones, la disminución del costo de ese organismo, del costo de los partidos, la elección popular de los consejeros electorales y la conversión de las diputaciones plurinominales para dar representación sólo a las primeras minorías.
"Frente a ese escenario consideramos que era indispensable no solamente decir 'no' y criticar, como lo hemos hecho, las propuestas que nos parecen nocivas para el régimen democrático, sino además adelantar cuáles deberían ser los ejes de una reforma electoral", explica en entrevista.
En su opinión, los mayores riesgos que plantea la reforma "son, en primer lugar, la destrucción de la representación del pluralismo, que vemos como el riesgo más grave, con la intención de que solamente las mayorías estén representadas y evidentemente sobrerrepresentadas".
"Pero también la captura y vulneración del órgano electoral, y un tercer riesgo tiene que ver con la eliminación de las condiciones de equidad de la competencia, todo eso bajo un problema mayor que hemos visto, que es el abuso de una mayoría fraudulenta para imponer voluntades unilateralmente y olvidar que la vida política debería ser construcción de consensos".
Ante ello, advierte, la democracia misma estaría en grave riesgo.
"Por eso habría que procurar los máximos consensos posibles, y ojalá que eso prospere. Se trata de las reglas del juego, y cuando las reglas del juego se imponen siempre se van a crear problemas hacia el futuro; si hay algo que tiene que estar consensuado en una democracia, con el máximo consenso y la unanimidad si es posible, es que todos estén de acuerdo con las reglas con las que van a jugar; de otra manera, si se imponen unilateralmente, se abre la puerta para que todo el juego democrático sea descalificado por quienes no están de acuerdo con jugar bajo esas reglas", señala.
En el mismo tono se manifiesta el ex consejero Ciro Murayama, quien dice que desde el IETD creyeron "importante no dejar un asunto tan relevante y delicado sólo en manos de los actores políticos formales, por lo que hacemos un llamado a las organizaciones civiles, a las propias fuerzas políticas de oposición y del Gobierno, a darse cuenta de que la democracia no es un asunto que sólo les involucre a ellos, sino que, alrededor de las elecciones libres, se juegan los derechos de la ciudadanía, de todos los mexicanos, y que , en esta materia, corremos un riesgo de involución, para decirlo en un sentido un poco metafórico, pero no alejado de la realidad".
"Si avanza la reforma electoral donde se acaba con la representación proporcional, se retiran las condiciones de equidad en la competencia y se captura al árbitro, sería el último clavo al ataúd de la involución autoritaria; así que creemos que, más que seguir por una ruta de autoritarismo y sectarismo, es necesario apelar a valores y al espíritu que nos hizo posible que las elecciones fueran parte de la solución a la conflictiva vida política, y no fuente de encono y de confrontación", señala.
Desde la perspectiva de Murayama, "unas elecciones sin credibilidad no le convienen ni al Gobierno. Si tenemos elecciones impugnadas, reglas del juego en las que no confíen las distintas fuerzas políticas, pues hasta los ganadores de esos comicios van a ver afectadas su credibilidad y su legitimidad. ¿Para qué queremos sumarnos a la lista de países que acaban escondiendo sus elecciones? Habíamos logrado ser un ejemplo de transparencia, de elecciones íntegras; incluso México capacitaba a otros países y ahora vamos en sentido contrario".
Para Leonardo Valdés, ex consejero presidente del IFE (hoy INE), la preocupación estriba en que la propuesta que promueve el Gobierno "es una continuación" de las tres que intentó empujar el ex Presidente López Obrador y que dejan ver, resume, "que se trata de una reforma regresiva, que no sólo no avanza, sino que, al contrario, da pasos atrás significativos y que tiene el riesgo mayor de que sea impuesta".
"Vemos condiciones para que ahora se pueda llevar a cabo una reforma política electoral impuesta en la que las auténticas oposiciones estén excluidas, lo cual nunca sucedió en el pasado, pues siempre hubo la convergencia de todas las fuerzas políticas".
De acuerdo con Valdés, se corre el riesgo de que las mayorías no sean escuchadas y que la reforma sea regresiva en términos democráticos, por la forma en que se puede aprobar y por lo que propone.
"Nos preocupa mucho el sistema de representación que se está proponiendo; que se pierda la autonomía de la autoridad electoral, y que con la propuesta de financiamiento público a los partidos, estos queden sin la posibilidad de ser competitivos, que solamente el partido que esta en el Gobierno tenga recursos para poder hacer campañas electorales.
"Y cada vez hay más riesgo de que participe dinero ilícito, incluso del crimen organizado o de otras instancias que nuestra Constitución prohibe", alerta.