La comunidad de Jassos, ubicada en el oriente de la capital potosina, se encuentra en el abandono total, víctima de una disputa administrativa entre el Ayuntamiento de San Luis Potosí y el recién creado municipio 59, Villa de Pozos. Mientras ambos niveles de gobierno se deslinda de responsabilidades, los habitantes viven las consecuencias del rezago, la falta de infraestructura y la negligencia institucional.
Las recientes lluvias dejaron en evidencia el grado de olvido en el que se encuentra esta comunidad. La principal vía de acceso, la avenida California, está en condiciones deplorables, baches, hundimientos, cráteres y zonas completamente inundadas dificultan el paso tanto de vehículos como de peatones y ciclistas.
“Es imposible pasar por aquí cuando llueve. No se ven los hoyos y uno termina con las llantas ponchadas o el coche varado”, relata María del Carmen, habitante de la zona. “Hemos hecho reportes, pero nadie nos escucha”.
Los habitantes de Jassos denuncian una contradicción institucional. Aunque el nuevo municipio de Villa de Pozos acepta pagos de predial y otros trámites a nombre de los residentes de esta comunidad, se deslinda cuando se trata de brindar servicios públicos. “Cuando vamos a pedir que nos arreglen la calle, nos dicen que no les corresponde, que seguimos siendo parte del municipio de San Luis Potosí”, aseguran los vecinos.
Sin embargo, en los mapas oficiales que delinean los nuevos límites territoriales, Jassos aparece ya dentro de la jurisdicción de Villa de Pozos. Esta dualidad genera incertidumbre y desatención.
A la confusión se suma la situación con el Instituto Nacional Electoral (INE), que aún no reconoce oficialmente a Villa de Pozos como municipio. Esto impide a los residentes de Jassos realizar cambios de domicilio o tramitar una nueva credencial con su verdadera ubicación. “Seguimos apareciendo como ciudadanos de San Luis Potosí, aunque ya no nos atienden”, afirma Jesús Ramírez, vecino de la comunidad.
Jassos es hoy un claro ejemplo de cómo la desorganización política y la falta de coordinación entre niveles de gobierno pueden traducirse en abandono social. Mientras los municipios se pelean por el control y el cobro de impuestos, los ciudadanos padecen las consecuencias del desgobierno, calles intransitables, falta de servicios básicos y una desconexión institucional que los deja atrapados en un limbo legal y administrativo.
El caso de Jassos pone sobre la mesa la urgencia de una planeación territorial responsable, de políticas públicas que respondan a las realidades locales y de autoridades que vean más allá de su conveniencia electoral o económica. Porque mientras los gobiernos se reparten el territorio, quienes pagan el precio son los ciudadanos.