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Las políticas, la solución para el reclamo

Opinión

HACE UNOS DÍAS EN LA CDMX SE vivió una marcha contra el fenómeno denominado la “gentrificación”, el cual es entendiendo como el desplazamiento de las personas originarias de alguna zona, para darle el espacio a personas con un mayor poder adquisitivo, esto originado por la intervención de renovación del espacio urbano.

ESTA PROBLEMÁTICA NO ES UNA situación de orden local, es algo que se presenta en las diferentes naciones, implicando cambios en las relaciones sociales, y en muchas ocasiones teniendo como consecuencia la ampliación de las brechas de desigualdad social.

LA GENTRIFICACIÓN TIENE DOS ópticas, por un lado, el incremento en la plusvalía de los inmuebles y con ello la generación de riqueza para ciertos sectores sociales, pero al mismo tiempo, el incremento en la vivienda y en los servicios, genera el desplazamiento de ciertos sectores sociales, considerados vulnerables por su condición económica.

ES INNEGABLE QUE LA generación de riqueza no debe ser vista como un fenómeno negativo, pero como lo señala el texto constitucional, el Estado ejercerá la rectoría del Desarrollo Nacional, que permita un desarrollo democrático que garantice el mejoramiento constante de la calidad de vida de los ciudadanos y en ese mismo orden, una distribución equitativa de la riqueza y del ingreso.

EL ESTADO COMO RECTOR DEL desarrollo nacional, no lo convierte en el único actor, sino más bien debe asumir una función coordinadora, para el entrelazamiento de los sectores público, privado y social; y es justo en este papel que el término ‘políticas’ adquiere relevancia.

LAS POLÍTICAS SON DEFINIDAS como “el Gobierno en acción”, es decir es el desenvolvimiento de la acción estatal coordinada democráticamente (en la definición de prioridades y diseño de herramientas, implementación y evaluación), generando con ello una corresponsabilidad entre los sectores y que tiene por objeto, la atención de las distintas demandas sociales.

EL CONCEPTO QUE ENCIERRA LA política pública o políticas, pareciera de fácil comprensión, sin embargo, la realidad es que su materialización adquiere retos mayúsculos, sobre todo por la vocación democrática y la renuncia expresa al paradigma de que el espacio público es exclusivo de las autoridades burocráticas, al tiempo que la necesidad de robustecer a la administración de servidores públicos que entiendan que no todo es politiquería y si hay elementos técnicos que dificultan el entendimiento de la gestión gubernamental.

LA GENTRIFICACIÓN COMO problema público es consecuencia de una mala planeación gubernamental, la falta de políticas que garanticen el derecho a una vivienda digna, la ausencia de proyección urbana, la carencia de regulación y una mala política social que no cierra las brechas de desigualdad de los sectores sociales, son ejemplos del fracaso del Estado en la materia.

CUANDO SE HABLA DE POLÍTICAS es necesario partir de la premisa que toda acción u omisión del Estado tendrá sus consecuencias, por lo que la decisión que se tome debe tener una perspectiva a futuro que le permita hacer proyecciones de lo que se plantea y de los impactos que tendrá en los diferentes sectores sociales; por ello plantear la ocurrencia como estilo de gobierno, solamente deteriora la capacidad institucional e impacta en la gobernanza de las naciones.

ES CLARO QUE LA ATENCIÓN DEL problema de la gentrificación requiere un gobierno sólido (no es lo mismo que obeso), que regule con firmeza los abusos del mercado, que genere valor en diferentes puntos de la ciudad y permita distribuir la atracción a diferentes puntos poblacionales, y que se desarrolle una política de vivienda mucho más ambiciosa que permita dar herramientas para garantizar la accesibilidad a la misma.

ES BASTANTE INTERESANTE VER que este fenómeno explota en la capital del país, ya que desde 1997 se han tenido gobiernos denominados de izquierda y simplemente no han hecho los planteamientos correctos que impidan el incremento desmedido de los costos de la vivienda en la ciudad, los denominados gobiernos de izquierda han apostado a un sistema clientelar, en lugar de construir una base de bienestar que garantice el ejercicio debido de los derechos de los individuos.

HOY LA CDMX MOSTRÓ UNA faceta de la ingobernabilidad, le puso rostro al descontento social que genera un problema del que mucho se habla, pero poco se atiende; y le dio vida a un reclamo a los denominados gobiernos de izquierda que han impulsado el desarrollo inmobiliario, concentrando la riqueza en pocas manos.

ES ASÍ QUE PODEMOS VER QUE un buen diseño e implementación de políticas públicas podría dar solución a ese reclamo legítimo de la población; pero mientras sigamos apostando por gobernantes que crean que gobernar no tiene ciencia, que el servicio público requiere 90% lealtad y 10% experiencia, que pesa más la política que la profesionalización; seguiremos pagando facturas con problemas que se agravan de forma constante, y que es claro que en un momento en que se requiere dar un mejor rostro para atraer inversiones, no estamos colocando la mejor cara de nuestra nación.

@josesolisb

 

 

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