San Luis Potosí, SLP.- La Catedral Metropolitana de San Luis Potosí se llenó de júbilo este martes durante la Misa de Bienvenida de los nuevos sacerdotes potosinos, recientemente ordenados en Roma por el Papa León XIV. La emotiva celebración fue presidida por el arzobispo Jorge Alberto Cavazos Arizpe, quien destacó la importancia del sacerdocio como un servicio de amor, esperanza y compromiso con el pueblo de Dios.
Durante la misa, los nuevos sacerdotes compartieron con la comunidad potosina la emoción de haber recibido el orden sagrado en la Ciudad del Vaticano. Entre ellos, el padre Pedro Pablo Ruiz Baltazar, originario de la parroquia de San Ciro de Alejandría, expresó con profunda emoción:
“Es una gran alegría el haber recibido este gran don del sacerdocio en manos del Santo Padre León XIV. Fuimos al Vaticano como peregrinos de esperanza y regresamos siendo signos de esperanza para los demás. Dios nos ayudará a ejercer bien nuestro ministerio”, afirmó.
Por su parte, el padre Israel Sánchez Ramírez, de la parroquia de la Sagrada Familia de Nazareth, compartió el significado personal de su vocación:
“Mi corazón está lleno de alegría. Estoy muy agradecido con Dios por este regalo. En el camino de la vocación no estamos solos; la comunidad ora por nosotros y eso nos sostiene. En mi caso, Dios decide mi camino. Él me dirige a donde quiere que vaya”.
Desde el municipio de Moctezuma, el padre Jiergue Stanley Augustin, párroco de San Jerónimo, también expresó su compromiso de compartir el don recibido:
“Quiero compartir este don que, desde la Ciudad Eterna, he recibido. Es una bendición, y Dios nos ha confiado esta misión para seguir sus pasos con humildad y fidelidad”.
Durante su homilía, el arzobispo Cavazos Arizpe recordó a los fieles la importancia de valorar y acompañar la labor de los sacerdotes, quienes dedican su vida al servicio espiritual de las comunidades:
“Los sacerdotes no solo celebran los sacramentos; son puentes entre Dios y su pueblo, guías en medio de las dificultades, consuelo en el dolor y alegría en los momentos de encuentro con Cristo. Su trabajo, muchas veces silencioso, necesita ser reconocido y sostenido con oración y cariño”, enfatizó.
La bienvenida a los nuevos sacerdotes no solo fue un acto litúrgico, sino una verdadera manifestación de fe y esperanza para la Iglesia potosina. En medio de tiempos complejos, la llegada de nuevos pastores fortalece el tejido espiritual de las comunidades, renovando la confianza en que Dios sigue llamando a hombres generosos a seguirle y servirle.
La emotiva ceremonia concluyó con un cálido aplauso de los fieles, quienes rodearon a los nuevos presbíteros para ofrecerles bendiciones, abrazos y palabras de aliento. La Iglesia potosina celebra hoy no solo una ordenación, sino una promesa viva de entrega, fe y amor al prójimo.
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