Los autobronceadores se han convertido en una opción para conseguir, sobre todo al inicio del verano, una piel con color sin necesidad de exponernos horas al sol. Su uso es cosmético y no produce daños, a excepción de alguna reacción leve en pieles sensibles. Pero no hay que confiarse, estos productos no nos protegen del sol, es necesario seguir utilizando factor de protección aunque parezca que estamos bronceados.
En crema o en espray, podemos extendernos nosotros mismos los autobronceadores en casa para parecer que tenemos color aunque no hayamos ido todavía a la playa o la piscina.
Un paso más es acudir a un centro especializado que, de forma profesional, aplican los autobronceadores mediante aerosoles, con una especie de pistola, que lo reparte de forma homogénea por todo el cuerpo.
Estas son las preguntas y respuestas sobre los autobronceadores que nos facilita el dermatólogo José Aguilera, coordinador del Grupo de Fotobiología de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).
¿Cómo funcionan los autobronceadores?
Son compuestos cuyo elemento principal es la dihidroxiacetona, un azúcar que junto a otros compuestos, como alguno que imita a la melanina, provoca una reacción química en la capa más externa de la piel y la oscurece.
¿Pueden causar algún daño en la piel?
Su efecto cosmético es inocuo y “es mejor que meterte en una cabina de rayos uva, con riesgo para la piel, o pasar horas al sol sin la protección adecuada”, asegura el médico.
Es un producto que no penetra, actúa en la capa más externa de la piel, dónde están las células muertas que vamos cambiando cada semana, tiempo de duración del efecto de los autobronceadores.
Advierte que algunos compuestos de los productos pueden ocasionar reacciones alérgicas o irritaciones leves en pieles sensibles. También hay que proteger los ojos y la boca.
¿Cómo utilizar los autobronceadores?
Lo recomendable es utilizar, en casa, una baja concentración de autobronceador y dosificar su uso poco a poco, durante varios días. Y extenderlo de forma homogénea para que no queden zonas más oscuras que otras.
Y a la hora de tomar el sol...
Un estudio de 2004 testó si el uso de la dihidroxiacetona en autobronceador protegía del sol. Se probaron concentraciones muy altas, con la piel bastante oscura, pero el factor de protección solar no pasaba de 3 en las primeras 24 horas, cuando el aconsejado es el factor 50. Además, ese factor 3 bajaba a partir del segundo día hasta desaparecer por completo, explica el dermatólogo.
Por tanto, estos cosméticos no sirven para preparar el bronceado del verano. Simular una piel morena no significa que esté protegida frente a los rayos solares y si no utilizamos factor de protección nos podemos quemar.
El bronceado profesional con aerosol de cuerpo entero
Es una técnica que se utiliza en centros especializados. El autobronceador se administra en aerosol y se reparte con pistola por todo el cuerpo para que quede un bronceado uniforme.
Al igual que el producto que podemos utilizar en casa, el de aerosol es inocuo. Tan solo hay que tener especial cuidado con los ojos y la boca y cubrir el cabello para que no se tiña.
Según el especialista, los aerosoles en sí no producen toxicidad alguna, quizá algo de irritación leve en pieles más sensibles.
Autobronceadores, disuasorios frente al exceso de sol
Los autobronceadores bien dosificados pueden ayudar a tener un aspecto bronceado sin necesidad de abusar de la exposición solar.
“Uno de los errores de la mayoría de la gente es ir a la playa para coger todo el sol posible y ponerse moreno y, al final, terminas quemándote. Hay que hacer las cosas con cabeza y de manera gradual”, apunta.
Por eso, el dermatólogo opina que los productos autobronceadores pueden ser una buena alternativa a tumbarse durante horas al sol.
Consejos para utilizar los fotoprotectores solares
Verano y sol en playas y piscinas va unido de forma casi inevitable. Por eso, el dermatólogo de la AEDV nos ofrece estos consejos para protegernos de los rayos solares.
Las sociedades médicas recomiendan no usar un factor de protección menor a 50 y 50+.
La protección de 30 solo para pieles preparadas y siempre que se ponga la cantidad adecuada y de forma regular. “El problema es que nos ponemos un tercio de todo lo que necesitamos”, precisa.
Los productos en espray deben aplicarse en cantidad y después extenderlos con las manos sobre la piel para proteger la zona por igual.
Volver a utilizar el producto cada dos horas, sin dejar ni una sola vez de hacerlo, si estamos en el exterior.
Los fotoprotectores también deben tener un factor alto contra los rayos uva.
Y no olvidar que sean resistentes al agua para que nos protejan durante los baños pero también del sudor de la actividad física.
La protección solar en esta época estival evita daños en la piel y el riesgo de cáncer como el melanoma o el carcinoma, entre otros. Bronceado seguro o un autobronceado como alternativa.