San Luis Potosí, SLP.- Después de meses de incertidumbre, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en San Luis Potosí promete avances en el abasto de medicamentos en sus Unidades de Medicina Familiar. Desde Comunicación Social se ha informado que se están revisando inventarios y que algunos de los medicamentos que habían escaseado ya se encuentran disponibles. Sin embargo, el anuncio —como otros similares hechos en los últimos meses— llega con escepticismo, cansancio y hasta enojo por parte de los derechohabientes.
La presidenta Claudia Sheinbaum aseguró que para julio el abasto se normalizará. Pero quienes han vivido de cerca el viacrucis de no encontrar tratamientos esenciales, no están dispuestos a celebrar. La realidad que enfrentan día con día contradice las declaraciones optimistas, desde hace meses, cientos de pacientes no pueden acceder a medicamentos básicos y crónicos, algunos incluso indispensables para mantener su calidad de vida.
Uno de ellos, un derechohabiente de edad avanzada que padece problemas prostáticos, lleva semanas sin conseguir medicamentos como Tamsulosina y Tolterodina. A pesar de la gravedad de su situación, en su unidad médica no le han ofrecido vales para surtir su receta en farmacias externas ni reembolsos por el gasto de adquirirlos por su cuenta. Casos como el suyo abundan, y los amparos interpuestos por derechohabientes comienzan a dispararse ante la omisión de las autoridades.
La molestia es tan grande que algunos usuarios han comenzado a plantear medidas extremas, como solicitar a cámaras empresariales la suspensión del pago de cuotas obrero-patronales como forma de protesta. Lo que antes era impensable, hoy se debate entre pasillos, oficinas y redes sociales, ¿por qué seguir pagando un servicio que no cumple su función más básica?
Desde octubre de 2024, el gobierno federal anunció un nuevo modelo de compra consolidada de insumos médicos para el periodo 2025–2027, con una inversión de 130 mil millones de pesos. Sin embargo, poco se sabe de los avances reales, y en estados como San Luis Potosí las delegaciones del IMSS han mantenido una comunicación ambigua. Hasta ahora, no se ha confirmado que el abasto reciente tenga relación con el nuevo modelo o con las promesas hechas por Sheinbaum Pardo.
La burocracia, muchas veces opaca e ineficiente, se ha convertido en uno de los principales obstáculos para garantizar el acceso efectivo a la salud. No se trata sólo de dinero o de contratos, se trata de vidas en pausa, tratamientos interrumpidos y pacientes que ven pasar los días sin respuestas.
El acceso a medicamentos no debería ser motivo de anuncios triunfales, ni de promesas que se repiten sin cumplir. Es un derecho humano que no puede ni debe posponerse. Que en julio "por fin" haya medicamentos no debería ser un logro, sino una obligación cumplida a destiempo. Detrás de cada caja de pastillas entregada tarde hay una historia de sufrimiento innecesario. Si el sistema no se transforma desde sus raíces, no habrá promesa que pueda reparar la confianza perdida.