San Luis Potosí, SLP.- El aumento en el almacenamiento de agua alivia la crisis hídrica, pero las fallas en la infraestructura urbana agudizan el caos vial y los accidentes automovilísticos.
Este panorama representa una mejora con respecto a meses anteriores, marcados por la sequía y la incertidumbre en el suministro de agua potable. Sin embargo, esta bonanza hídrica también ha evidenciado graves deficiencias en la infraestructura urbana, especialmente en la capital del estado.
Las lluvias intensas han provocado el colapso de drenajes en diversas zonas de la ciudad, generando inundaciones que dificultan la movilidad y exponen a la población a mayores riesgos. Uno de los efectos más notorios ha sido el aumento considerable en el número de accidentes automovilísticos. Expertos señalan que la lluvia reduce la adherencia de las llantas al pavimento, lo que puede triplicar la probabilidad de siniestros viales, sobre todo cuando se combina con calles anegadas, falta de señalización y escaso mantenimiento vial.
Así, mientras el agua embalsada representa esperanza para miles de hogares que han sufrido por la escasez, también impone un reto urgente a las autoridades municipales y estatales, fortalecer los sistemas de drenaje, mejorar el estado de las calles y preparar a la ciudad para convivir con un clima más extremo.
Las recientes lluvias registradas en San Luis Potosí han dado un respiro significativo a las principales fuentes de abastecimiento de agua en el estado. De acuerdo con el reporte más reciente de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), con corte al 1 de julio, la mayoría de las presas potosinas registran niveles superiores al 60% de su capacidad.
Entre los embalses con mejor comportamiento se encuentra El Peaje, que alcanza un 92.3 %, seguido por El Realito con 72.5 % —aunque su acueducto acumula ya su décima falla en lo que va del año—, y San José, que se mantiene al 63.9 %. Por su parte, Cañada del Lobo reporta un 58.3 %, y La Muñeca, ubicada en Tierra Nueva, un 61.1 %. En contraste, presas como Valentín Gama y El Potosino se encuentran con niveles más bajos, de 33.2 % y 38.2 % respectivamente. Llama la atención el caso de La Lajilla, en Ciudad Valles, que rebasa incluso su capacidad con un registro de 105.5 %.