EL PROBLEMA DE LA concentración de poder es que se pierde la capacidad de limitar y darle una debida proporción al ejercicio de las funciones públicas; se vuelve la piel delgada y se imposibilita la capacidad de escuchar una crítica, y ante todo aquello que disgusta, se tiene una respuesta desbordada y que solamente tiende a concentrar más la fuerza en favor del gobernante en turno.
SI UNO HACE UNA PEQUEÑA remembranza, podemos encontrar que el día en que la Suprema Corte de Justicia de la Nación decidió batear reformas planteadas por el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador, el Ejecutivo empezó a bombardear al Poder Judicial y la confrontación mayor, fue el “agravio” de no ponerse pie para recibir al “jefe de las instituciones”, y como respuesta, se planteó la reforma constitucional que destruyó a los órganos jurisdiccionales.
OTRO EJEMPLO QUE VIENE A MI memoria fue el día que el Coneval salió a señalar el incremento en las cifras de pobreza, lo que arrojaba un resultado devastador: muchos de los programas lopezobradoristas eran un fracaso en términos de que no logró colocar “primero a los pobres”; y en ese momento, se buscó su plena desaparición del texto constitucional.
INAI, IFT Y COFECE TUVIERON LA misma historia, fueron incómodos, no se subordinaron y cayeron las reformas constitucionales que, al vapor, desaparecieron de un plumazo, instituciones que se habían consolidado como órganos adecuados en la nueva realidad de la dispersión del poder en un país democrático.
CONTRARIO A ESTOS EJEMPLOS, encontramos a la hoy invisible CNDH, toda vez que la autodenominada cuarta transformación consiguió una colonización rápida que desapareció de facto a la institución encargada de los Derechos Humanos, el discurso ideológico sustituyó la imparcialidad que la debió caracterizar, y su inactividad nos regresó a la institución de finales del siglo pasado.
EL INE TIENE SU HISTORIA particular, de primer momento representa el enemigo perfecto del régimen de post verdad que inició su instauración con López Obrador, ya que era la institución que había fungido como árbitro de lo que él calificó como un fraude electoral y que él mismo definió como el freno de la transformación de la vida pública en aquel 2006.
DESDE EL ARRIBO DE MORENA A la presidencia de la República, el INE y particularmente su presidente, fueron señalados como un enemigo que no se doblegaba a los designios del Ejecutivo, el árbitro fue visto como jugador y la confrontación nunca cedería, sino que se incrementaría de forma permanente.
EL PRIMER INTENTO DE CONTROL del INE fue mediante las designaciones de nuevos consejeros, pero su diseño institucional, impidió el reparto de cuotas y cuates y con ello, el arribo de perfiles que cumplieran una función como árbitro imparcial, situación que pronto implicaría la furia del ocupante del antiguo Palacio Virreinal.
LOS ENFRENTAMIENTOS ENTRE Lorenzo Córdova y los consejos del INE con el partido gobernante fueron evidentes, los integrantes del órgano que fungía como árbitro acudieron a los tribunales y lograron sortear las embestidas que aumentaban de forma constante, por su parte Morena los buscaba estrangular con reformas, reducciones presupuestales y hasta denuncias ante autoridades penales y con el propio Congreso, para conseguir juicios políticos a modo.
ES EVIDENTE QUE LA GRAN frustración morenista fue la imposibilidad de colonizar al INE; y en el último tramo de la administración lopezobradorista forzaron tanto la designación de consejeros que lograron su objetivo con tanto salvajismo que destruyeron a una institución que nació de la mano de la participación ciudadana.
EL INE QUE VIGILÓ LA ELECCIÓN del 2024 y la judicial del 2025 fue un retroceso institucional sin precedentes, sin necesidad de grandes reformas y solo con el cambio de personas, propiciaron un retroceso que mostró a la nueva casta gobernante del árbitro, en toda su proporción como aplaudidor y solapador, con la tarea de pagar la cuota por su designación en la que algún día fue la herradura de la democracia.
EL INE DE ESTE MOMENTO ESTÁ polarizado en su interior, las críticas en las últimas sesiones de los consejeros que no llegaron en el último tramo de la administración anterior fueron devastadoras y preocupantes para la salud de la democracia; y en lugar de pensar en cómo sanear la República, se está entregando como respuesta una nueva reforma electoral, que destruya aquello que el simple cambio de personas no logró.
POCO SE PUEDE ESPERAR DE LA próxima reforma política, no sólo porque será contraria a la tradición democrática mexicana, es decir no surgió de la oposición y con la finalidad de mejorar la equidad de la contienda, así mismo, seguro es que estamos por ver un nuevo episodio de sordera política del partido dominante y un desaseo legislativo que deslegitime desde el inicio el proceso.
ASÍ DAMOS UN CAMINO MÁS EN la concentración del poder y del nuevo paradigma de la transición política que comenzamos a construir desde los 70’s y que nunca logramos culminar.
@josesolisb