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Paz

¿Cómo es para ti sentir y experimentar paz y calma? ¿Cuándo fue la última vez que te sentiste conectado(a), tranquilo(a), en armonía y a salvo? ¿Qué es sentir paz para ti? Si es verdad que todo lo que es adentro es afuera, suponiendo que el adentro equivale al profundo inconsciente y a las memorias e información que guardamos sin saberlo y el afuera es lo materializado, entonces, para que hubiera paz en el mundo que nos rodea y que a diario estamos creando, tendríamos necesariamente que resolver los conflictos internos, obviamente los nuestros, es decir, de nuestra biografía, pero también los que llevamos en ese interior, pero que le corresponden a nuestros ancestros y por supuesto, al colectivo. La ansiedad avisa, es un mensajero que se remolinea como un tambor tembloroso, que alarma al Alma para que la boca hable, exprese, se libere, observe y acepte, algo que ha estado allí y no ha sido ni nombrado, ni elaborado.

Esa temblorosa y asustada voz chillona de la angustia, nos avisa a veces, no con menos urgencia, que hay algo que resolver, un conflicto no resuelto. Entonces, si estamos siendo avisados(as) por ese mensajero, tenemos la posibilidad de resolver esos conflictos internos que nos quitan la paz por las noches y nos mantienen en vigilancia. Obviamente la psiquis es un eterno laberinto, claro que sí, pero conforme vamos fluyendo en el río de la vida y a la vez, miramos nuestro interior, podemos vivir ciclos alquímicos de resoluciones, “darse cuenta”, reflexiones, e integraciones. Es decir, vamos construyendo una paz mental, una serenidad interna, no sin turbulencia, pero sí, sin auto-flagelación, sin autodestrucción, sin abandonarnos, traicionarnos, humillarnos, rechazaros o siendo injustos con nosotros mismos, en general, sin violentarnos.

 Lo opuesto a la paz no es la turbulencia o el obstáculo, es la violencia.  ¿Es posible que vivamos en paz a pesar de que enfrentemos los problemas? Sí, porque antes, se ha construido una integridad y una fortaleza emocional, mental y energética. Pero ¿Crees que es posible sentir y vivir en paz, allá o acá, en el lugar y momento en dónde exista violencia? Creo que no.

Es prácticamente imposible. Así que, si miramos a los ojos a nuestra propia sombra, es decir, en este caso, aceptamos nuestros defectos de carácter, desarmonías, emociones destructivas, los instintos descoyuntados o no refinados, con el trabajo interno, entonces, podemos ir sorteando los obstáculos que nos impiden llegar a tocar y disfrutar de los tan ansiados anhelos, es decir, vemos los obstáculos como lo que son y que de hecho nos fortalecen, nos hacen crecer espiritualmente y madurar como personas. Pero si no hemos conquistado la luz que enciende el entendimiento y el amor que nos habitan para ver al resto de la humanidad desde el discernimiento, la compasión y la responsabilidad de no cargar con lo ajeno y experimentar la individuación, es completamente probable que nademos en el río peligroso del conflicto colectivo. Es probable también, que caigamos en manipulaciones, reaccionemos a los ataques en vez de defendernos desde un estoico conocimiento interno y entonces directa o indirectamente, que participemos en la guerra. Que bendición más grande que la conquista real, sea la de nuestra propia mente. Habitar tan concienzudamente nuestro cuerpo en el aquí y ahora, que ese estadío del vivir constantemente el eterno presente, nos lleve a precisamente no permitir, ni ejercer violencia. Esa es la verdadera paz; estar en armonía consigo mismo(a) y con el resto.

 Experimentar co-creación, amor, respeto y compasión por los demás seres sintientes y demás reinos que habitan el planeta con nosotros. Un corazón en paz, es aquel que ha caminado por el infierno, con la vela de la verdad encendida como un fulgor celeste. Un corazón pacifico, es aquel que ha dominado las formas pensamiento, que se quisieron quedar a vivir parasitariamente en la mente, que en realidad no está para otra cosa, sino que, para ordenar, crear y dar forma al plasma energético, que existe para la posibilidad de ser usado como arcilla que se moldea para manifestar en el mejor de los casos, belleza, más vida y amor materializados.

 En otras palabras, la ausencia de violencia internamente, te dará la luz suficiente para elegir la forma armónica y respetuosa de habitar tu propio mundo y brindar un regalo de serenidad, calma y aceptación al resto de nosotros. La guerra interna ha terminado, sería bello poder decir, sentir y materializar y si en algún afortunado momento, esa fuera una realidad en cada ser que habita la tierra; amigo(a) querido(a), ¿Te imaginas como sería vivir en un mundo de cooperación, justicia, respeto y libre de violencia? Entonces, deseo para ti, paz en tu mente, tu cuerpo, tus emociones, tu corazón y tu Alma y, por ende, en tu universo físico.

 

 

Gracias por caminar juntos.

Tu terapeuta

 

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