Aguascalientes, AGS; La protección de La Pona, uno de los últimos pulmones naturales dentro de la mancha urbana de Aguascalientes, tomará un nuevo impulso tras la suspensión definitiva concedida por una jueza federal. Esta resolución obliga a las autoridades municipales a mantener una vigilancia constante en la zona, algo que el Ayuntamiento asegura que cumplirá sin objeciones.
Aldo Axel Rodríguez Benítez, titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable (Semadesu), señaló que el municipio ya trabaja activamente en el resguardo de esta área natural protegida, pero con este fallo judicial se reforzarán las acciones. “Tenemos presencia continua con nuestros guardabosques, y ahora, con esta resolución, vamos a intensificar la vigilancia. Esperamos que termine la temporada de lluvias para iniciar con trabajos preventivos contra incendios”, comentó.
Actualmente, ocho guardabosques recorren el área, pero ya se contempla la contratación de al menos cuatro más, además de establecer un turno nocturno para garantizar presencia las 24 horas tanto en La Pona como en el Bosque de Cobos. “El presidente municipal fue claro: hay que aumentar las medidas. Por eso también vamos a empezar con rondines nocturnos”, aseguró Rodríguez Benítez.
En cuanto a los riesgos de incendio, el funcionario explicó que este año Aguascalientes ha enfrentado más de cuatro mil siniestros en distintas zonas, no únicamente en La Pona. En ese contexto, destacó la actuación rápida de Protección Civil y Seguridad Pública, que ha evitado daños mayores a la vegetación, especialmente en áreas donde predomina el mezquite.
Además, reveló que durante junio se frustraron al menos tres intentos de incendios provocados por personas que realizaban quema de cable para extraer cobre, actividad peligrosa que ha sido motivo de intervención directa por parte de las autoridades. En todos los casos, dijo, hubo personas detenidas, lo que demuestra que la vigilancia empieza a dar resultados tangibles.
Con esta medida judicial, la protección de La Pona deja de ser una demanda ciudadana pendiente y se convierte en una obligación legal. Ahora, el verdadero reto será mantener la constancia y eficacia en el resguardo de este espacio natural que tantos años ha resistido frente al crecimiento urbano.
