Las tensiones que se han registrado durante las semanas recientes en Oriente Medio, en particular entre Irán e Israel, pueden provocar numerosos efectos económicos en todo el mundo.
Sin embargo, en casos muy particulares, esto puede ser una oportunidad para mercados emergentes, como los asiáticos o México. Así lo considera Renato Campos, analista de mercados financieros de Greyhound Trading
“Lo que uno tiende a hacer en este tipo de situaciones es mirar dónde están los riesgos y es decir, bueno, si la cosa está compleja finalmente en un lugar en particular, prefiero no tener mi dinero ahí.
Foto ilustrativa de la nota titulada: Donald Trump contradice a la Inteligencia Nacional de EU sobre Irán y sus armas nucleares: "ellos están equivocados"
Donald Trump contradice a la Inteligencia Nacional de EU sobre Irán y sus armas nucleares: "ellos están equivocados"
“Uno tiende a evitar los riesgos y buscar dónde hay cierto posicionamiento, el cual se centra más en la renta fija y en mercados emergentes con alta presencia, países asiáticos y en particular China. Por otro lado, eso significa también una mayor demanda de materias primas de países emergentes, y esas relaciones comerciales se estrechan mucho más y permite un dinamismo mayor”, explica el experto en entrevista exclusiva para El Heraldo de México.
Un estrecho crucial
El estrecho de Ormuz, un relativamente delgado paso marítimo al norte de Irán, es un punto clave en el desarrollo de las tensiones registradas en la región, debido a su importancia en la distribución de combustibles hacia Europa y Asia.
“Lo que esto significa es un sentido especulativo en torno a la posibilidad de que se encarezcan los precios de tanto el petróleo como el gas natural, particularmente porque en la región existe el estrecho de Ormuz, por el cual eh se transporta cerca del 20 por ciento de la distribución a nivel mundial del petróleo.
“Puede haber un incremento en los precios del petróleo y por consecuencia de los combustibles. Esto obviamente tiene una incidencia sobre la producción que puede tener México y otros países, porque se reduce el abastecimiento, la oferta a nivel mundial y eso hace que, en general, los precios tiendan a aumentar”, detalla.
Los gobiernos locales no se quedan de brazos cruzados, pero aunque algunas acciones pueden ofrecer un alivio momentáneo en las presiones económicas, esto puede provocar problemas futuros.
“Puede llegar a tener consecuencias fiscales: con el propósito de estabilizar los precios, los gobiernos tienden a meter a meter mano a las arcas fiscales para poder mantener a raya esos precios y no afectar a la población, pero sabemos que tarde o temprano eso termina si no existe una correcta política fiscal.
“Esa estabilidad es la que logra interpretar el mercado, motivo por el cual no vemos grandes descensos en la bolsa y vemos avances en la renta variable el día de hoy. El petróleo, si bien aperturó con un avance de un 2 por ciento, tendemos a ver un cierre negativo en el intradiario. El mercado tiene que estar más pendiente de la política monetaria de los bancos centrales, cómo puedan desplazarla durante los próximos meses”, añade.
Un nuevo refugio
Al estar implicado Estados Unidos en una guerra comercial prácticamente con todo el mundo, los grandes capitales buscan países cuyas doctrinas económicas sean más amigables con el desarrollo.
En ese punto, de acuerdo con el experto, es donde entran los mercados emergentes, en particular China y México, cuya estabilidad económica relativa los hace apetecibles como refugio ante la turbulencia.
“Si bien uno considera al dólar como un instrumento de refugio ante este tipo de situaciones, el comportamiento macroeconómico de Estados Unidos dice lo contrario. Gran parte del mercado podría comenzar a especular con un recorte ante la necesidad de estímulos en Estados Unidos y eso debilitaría aún más el dólar.
“Podríamos decir que China por un lado y quizás mercados emergentes como el de México podrían verse beneficiados por esta tensión, de hecho la historia señala que es mejor comprar en escenarios de esta índole, debido a las inyecciones monetarias”, concluye.