San Luis Potosí, SLP.- Mientras el mundo lidia con tensiones globales, en San Luis Potosí la verdadera guerra es la falta de voluntad política para implementar una movilidad digna y segura para quienes eligen la bicicleta como medio de transporte.
A más de medio año de haberse anunciado avances “significativos” en el Plan Maestro de Ciclovías, el Ayuntamiento de San Luis Potosí sigue sin presentar avances reales ni cumplir con las promesas que hizo desde principios de enero. Colectivos ciudadanos como Pedaleando SLP han expresado su frustración ante la nula ejecución del plan y la constante postergación del nuevo Reglamento de Tránsito, el cual —según autoridades municipales— es pieza clave para echar a andar el proyecto.
En enero de este año, el gobierno municipal aseguró que el nuevo reglamento, enfocado en mejorar la seguridad de ciclistas y peatones, tenía un avance del 95%. Incluso se dijo que en febrero estaría listo. Sin embargo, ya entramos a la segunda mitad de 2025 y el reglamento no sólo no ha sido aprobado, ni siquiera ha sido presentado ante el Cabildo. Mientras tanto, los accidentes viales siguen cobrando víctimas entre los sectores más vulnerables, ciclistas y peatones.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el 8.3% de las y los potosinos se trasladan en bicicleta a sus trabajos, posicionando a San Luis Potosí en el quinto lugar nacional en uso de la bicicleta como medio de transporte laboral. A nivel nacional, solo el 4.9% de la población usa la bici para ir a trabajar. Esto demuestra que, en la capital potosina, la bicicleta no es una moda, es una necesidad cotidiana.
Pese a esto, la ciudad solo cuenta con 14 ciclovías, que en conjunto suman apenas 40.4 kilómetros, una red completamente insuficiente para el volumen de usuarios. Lo más preocupante es que esta realidad contrasta directamente con lo establecido en el Plan Municipal de Desarrollo, donde se establece como prioridad el fortalecimiento de la movilidad no motorizada.
Josué Santiago, integrante de la coalición, explicó que la mayoría de quienes se trasladan en bici no lo hacen por deporte, sino por necesidad. “Detectamos que hay zonas con alto uso de la bicicleta, como el Saucito, donde los bicioficios y ciclistas de trabajo son mayoría. La infraestructura no está pensada para ellos, ni los protege”, señaló.
El Instituto Municipal de Planeación y el propio alcalde Enrique Galindo Ceballos han insistido en que el Plan Maestro de Ciclovías se pondrá en marcha, pero todo parece depender de un reglamento que jamás llega. Mientras tanto, los ciudadanos siguen pedaleando entre vehículos sin control, banquetas rotas y vialidades sin señalización.
Además, el propio INEGI reveló que en San Luis Potosí el 30% de los hogares posee una bicicleta, lo que confirma su relevancia como medio de transporte. Sin embargo, esta realidad no se refleja en políticas públicas, ni en infraestructura segura ni en reglamentación funcional.
San Luis Potosí se enfrenta a una contradicción profunda, por un lado, sus habitantes usan la bicicleta más que en la mayoría de los estados; por otro, el gobierno municipal mantiene en el congelador un plan esencial para garantizar la vida y dignidad de quienes pedalean por necesidad.
Mientras el mundo ve estallar conflictos armados, en SLP parece que la guerra es contra la movilidad sostenible, contra el derecho a moverse con seguridad, y contra quienes se atreven a exigir una ciudad más humana. La bicicleta ha demostrado ser una aliada económica, ecológica y saludable. ¿Qué más falta para que se le tome en serio?