Del G7 a los parlamentos: el diálogo que América del Norte necesita

LA PARTICIPACIÓN DE LA presidenta Sheinbaum en la 51ª Cumbre del G7 -que agrupa a las 7 principales economías industriales- celebrada en Kananaskis, Alberta, Canadá, representa mucho más que una cortesía diplomática.

SIMBOLIZA EL RECONOCIMIENTO de México como un actor estratégico en el nuevo orden global. La invitación del primer ministro canadiense Mark Carney envía un mensaje de inclusión y corresponsabilidad en los grandes temas internacionales.

ESTE GESTO ADQUIERE ESPECIAL relevancia en la víspera de la revisión del T-MEC. Fortalecer los lazos con Canadá, país anfitrión de la cumbre y socio clave en la región, resulta esencial para consolidar a América del Norte como un bloque competitivo, sustentable y con vocación de liderazgo compartido.

PESE A QUE EL PRESIDENTE Donald Trump canceló su participación por la crisis en Medio Oriente -incluida una reunión programada con la presidenta Sheinbaum-, ambos mandatarios sostuvieron una llamada telefónica en la que acordaron trabajar para alcanzar un acuerdo en diversos temas urgentes de la agenda bilateral.

ESTE TIPO DE ENCUENTROS AL más alto nivel son fundamentales, pero conviene reconocer sus límites. La diplomacia tradicional, por su rigidez y brevedad, rara vez permite discutir a fondo los desafíos comunes.

POR ESO, LA DIPLOMACIA legislativa se vuelve un canal indispensable. En mi calidad de presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores para América del Norte del Senado, seguiré impulsando la reactivación de las reuniones interparlamentarias con Estados Unidos y Canadá.

ESTOS ESPACIOS PERMITEN UNA interlocución directa, flexible y sustantiva entre congresistas que, al final del día, son quienes dan forma a las leyes y presupuestos que rigen nuestra integración.

LA HISTORIA RECIENTE NOS enseña que la estabilidad regional también se construye desde los parlamentos, desde la voz de quienes representamos a nuestras comunidades y damos cauce institucional a sus preocupaciones.

ES ALLÍ DONDE PUEDE GENERARSE un consenso más profundo, duradero y menos expuesto a las tensiones coyunturales.

AMÉRICA DEL NORTE NECESITA hoy más que nunca una arquitectura de diálogo múltiple y permanente. Sin el componente legislativo, nuestra relación trilateral seguirá incompleta.

APOSTAR POR EL ENTENDIMIENTO entre congresos no es un gesto vano, sino una estrategia inteligente para que la región enfrente unida los desafíos del siglo XXI: la migración, la transición energética, la seguridad común, el cambio climático y la justicia social.