EL SISTEMA POLÍTICO DEL ESTADO moderno mexicano nació de la mano de un partido político preponderante que estableció una relación compleja entre el corporativismo que le otorgara movilización electoral, instituciones gubernamentales subordinadas a la Presidencia de la República que le brindara libertad de acción; y un partido político que fuera la base de legitimación del cacicazgo sexenal que era ejercido por el Tlatoani en turno.
DE AHÍ QUE EL DISEÑO Y operación del PRI permitiera su perpetuación en el poder por más de siete décadas; por lo que la única forma que permitió la alternancia política fue la estructuración de reformas que dinamitaran el poder político del Ejecutivo y se constituyera un sistema de pesos y contrapesos; y en el ámbito electoral, eso se dio de la mano de la ciudadanización de los órganos encargados de contar los votos.
PREVIO A LA CONSOLIDACIÓN DEL antes IFE y ahora INE como árbitro electoral, nuestro país enfrentaba conflictos postelectorales con un alto espectro social de respaldo; posteriormente el árbitro electoral logró en gran medida ser un garante de certeza jurídica y equidad para los competidores y electores; sin duda alguna el conflicto moderno más ríspido fue el del año 2006, pero incluso en su momento más complejo, la autoridad electoral sirvió como una herramienta para dar confianza a la ciudadanía.
LA LLEGADA DE MORENA AL PODER trajo un gran cambio institucional al país, un nuevo partido controló de forma férrea a las instituciones gubernamentales, los programas sociales se convirtieron en la herramienta de movilización electoral y los órganos que no se ajustaban a la voluntad presidencial, eran considerados enemigos de la transformación.
EL INE FUE OBJETO DE intentonas para maniatarlo, pero un diseño institucional sólido no les permitió lograr el objetivo, así que el proceso de colonización del último tramo del sexenio lopez obradorista, fue el único medio por el que controlaron por completo a la institución electoral, es ahí, el momento justo en que cayó el bastión ciudadano que vigilaba los procesos electorales.
ES CLARO QUE DESDE LA ELECCIÓN 2024, hemos visto un INE mucho más condescendiente, un órgano electoral más permisivo, y sobre todo, un árbitro electoral que hace más una función de acompañamiento a la fuerza mayoritaria, que de garante de equidad en la contienda, pero lo que vimos en las sesiones de calificación del proceso electoral judicial, no tiene precedentes en la etapa moderna.
DURANTE LA SESIÓN DEL INE SE denunciaron irregularidades al por mayor, una parte de los consejeros asumieron que no era posible dejar un antecedente funesto, dado que lo que se vivió en el proceso electoral, era el resurgimiento de prácticas que parecían extintas; y por otro lado, un grupo de personas, minimizando el problema y señalando que el porcentaje de irregularidades no era concluyente.
ESTA NUEVA CASTA GOBERNANTE en INE no tuvo la intención de frenar una composición inequitativa en el Poder Legislativo Federal, así como tampoco quiso ser un árbitro imparcial para darle un poco de legitimidad a una Suprema Corte de Justicia de la Nación que nace con tantos vicios que hace impensable pueda dar certeza a la ciudadanía que tiene una demanda legitima en el tema de justicia.
EL PAPEL DEL INE YA NO ES FUNGIR como equilibrio para dar independencia a los ganadores de las elecciones, así como tampoco pretende garantizar una contienda equitativa; esta nueva autoridad electoral solo se ajusta al discurso que se impone desde la retórica de la autodenominada Cuarta Transformación y legitima las decisiones y las ocurrencias del gobierno.
EL INE CADA VEZ ES MENOS ciudadano, a cada paso se resta fuerza para garantizar menos conflictos post electorales; y en cada minuto traiciona la herencia de una institución sólida que fue construida desde la ciudadanía y la oposición, para poner fin a un partido preponderante que no tenía rival que pudiera hacer sombra y garantizar la democracia en México.
EL INE DE HOY ES UN CLARO ejemplo de retroceso institucional, es la mejor referencia que podemos tener de que los órganos de gobierno no solo necesitan reglas óptimas, sino que demandan ciudadanos comprometidos que desempeñen con probidad y rectitud sus funciones, es la muestra clara que la colonización morenista fue posible y que acabó con todo aquello que consideraba neoliberal.
HOY EL INE NOS BRINDA UN Poder Judicial a la medida del gobierno y sus necesidades, pero dejó de ser la cara de toda aquella ciudadanía que alguna vez confió que el INE y sus mecanismos de ciudadanización eran garantes de procesos electorales que no permitan saber de antemano, quien va a ganar la elección, por lo que su papel el día de hoy, es de ser comparsa y aplaudidor.