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Marihuana en cada esquina: El Saucito y Morales en alerta por aumento de plantíos y consumo

Ericka Segura | Plano Informativo | 20/06/2025 | 12:05

San Luis Potosí, SLP.- Mientras los discursos a favor de la legalización del uso lúdico de la marihuana se hacen más frecuentes, en las calles de la capital potosina ya parece haberse legalizado de facto. El fenómeno es particularmente visible en colonias como El Saucito y Morales, donde se han detectado recientemente plantíos de cannabis en zonas habitacionales, a plena luz del día y sin rastro de responsabilidad aparente.
 
Lo preocupante no es solo la presencia de las plantas, sino la aparente normalización del consumo y venta de productos derivados en entornos que antes se consideraban ajenos a esta dinámica. En palabras del propio titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana del municipio, Juan Antonio Villa Gutiérrez, estos hallazgos han encendido las alarmas entre las autoridades, aunque sus declaraciones parecen más un reconocimiento de derrota que una estrategia de acción efectiva.
 
“Están sembradas en áreas comunes, en jardines y andadores donde transitan niños, jóvenes y adultos. Nadie sabe quién las puso, todos dicen que crecieron solas”, comentó el funcionario, restando peso a la gravedad de que sustancias ilegales están brotando como parte del paisaje urbano.
 
Pero lo que sucede en El Saucito y Morales no es un hecho aislado. El aumento en la visibilidad del consumo de marihuana ha alcanzado niveles inéditos. Hace apenas unas semanas, colectivos juveniles realizaron una marcha en pleno centro histórico en favor de la legalización. Lo que sorprendió no fue la manifestación, sino la cantidad de vendedores informales que aprovecharon el evento para instalar “mercaditos cannábicos”, donde se ofrecían desde artesanías hasta dulces con marihuana, sin ningún tipo de control sanitario ni vigilancia oficial.
 
A esta tendencia se suma una problemática silenciosa pero creciente: la venta de brownies con cannabis en planteles escolares. Padres de familia y directivos han reportado con preocupación que su consumo se ha vuelto “común” entre adolescentes, generando un entorno de riesgo que parece estar fuera del radar de las autoridades educativas y policiales.
 
El panorama se agrava con la aparición de anexos clandestinos —centros de rehabilitación improvisados y muchas veces ilegales— que se multiplican en las periferias de la capital. Estas instalaciones, lejos de ofrecer soluciones reales, perpetúan el abandono institucional frente a una crisis que va en aumento.
 
En este contexto, la respuesta de la Secretaría de Seguridad ha sido limitada. A pesar de que se han reforzado los rondines, los decomisos ocurren solo cuando las plantas ya son visibles y los daños, en muchos casos, ya están hechos. La estrategia parece reactiva, tardía, y sobre todo, insuficiente frente a un fenómeno que se está extendiendo desde las banquetas hasta los hogares.
 
El avance de la marihuana en San Luis Potosí no es solo una cuestión de plantas en jardines o brownies en mochilas. Es el reflejo de un deterioro estructural en materia de seguridad, prevención y atención social. Mientras el discurso público se debate entre la legalización y la prohibición, en los hechos, las reglas ya no existen. Si la autoridad no asume su responsabilidad con firmeza y visión, la capital se encamina a un escenario donde las drogas ya no se ocultan: florecen.