Aunque no lo parezca, la respuesta a cómo volver a hacer ejercicio tras un tiempo sabático no incluye tortura si lo piensas desde la salud. Después de semanas o incluso meses de poner la actividad física en pausa por excusas, vacaciones, enfermedades o la eterna lista de pendientes, tu cuerpo empezará a mandarte señales de auxilio: crujidos múltiples al moverte, subir las escaleras como si fueran el Nevado de Toluca y una falta de energía inexplicable.
Pero eso es solo el principio de lo que le pasa a tu cuerpo cuando no haces ejercicio, pues eventualmente llegarán la atrofia muscular, la disminuición de la frecuencia cardíaca, el estancamiento de la digestión, el riesgo de enfermedades cardiovasculares, la dificultad para dormir, entre otros.
Entonces, si estableces el propósito de hacer ejercicio para cuidar tu salud, sacar la ropa deportiva de tu armario será mucho más fácil. Así que, aquí van cinco consejos para volver a entrenar de manera saludable y sin lastimarte o rendirte en el intento.
¿Cómo volver a hacer ejercicio después de un descanso? 5 consejos desde la salud
Empieza poco a poco
Retomar el ejercicio no significa ir al mismo ritmo que llevabas, pues después de un break no estás en la misma forma física que antes, cuando ibas diario al gimnasio o corrías maratones con energía de coach. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo ideal es reincorporarse paulatinamente, así evitarás lesiones y aumentarás las probabilidades de que mantengas el hábito.
Empieza con sesiones cortas y de baja intensidad, y poco a poco ve subiendo el nivel. Si antes entrenabas 5 días a la semana, con 2 o 3 por ahora es más que suficiente. También puedes empezar con entrenamientos de bajo impacto, como los pilates, el yoga, la natación o incluso caminar, que te ayuden a entrar en movimiento de nuevo sin abrumar a tu cuerpo.
Calienta, estira y agradece
Como tu cuerpo lleva un rato oxidándose, lo más importante es volver a lubricar las articulaciones y estirar los músculos. Antes de comenzar propiamente el ejercicio, dedícate unos 10 o 15 minutos a mover cada parte de ti. No, no es tiempo perdido, es una forma de hacer consciente a tu mente y cuerpo de que entrará en movimiento otra vez.
Caminar rápido, girar brazos o levantar rodillas basta para que tu cuerpo se ponga en modo activo. Al final, no te brinques los estiramientos. No solo ayudan a que no te duelan las piernas como si hubieras hecho una peregrinación, también es un buen momento para agradecerle a tu cuerpo todo lo que puede hacer.
Mantén el combustible recargado
Comer bien no es solo cosa de quien quiere bajar de peso, sino que es básico para rendir bien y recuperarte después del ejercicio. Asegúrate de tener una alimentación balanceada que incluya proteínas para reparar músculos, carbohidratos para tener energía, y grasas buenas para proteger tu cuerpo; por supuesto, no olvides el agua. Aunque no lo creas, mucha gente se deshidrata sin darse cuenta. Toma agua antes, durante y después de entrenar.
Escucha a tu cuerpo, silencia a tu ego
¿Te duele? ¿Te sientes agotado o demasiado irritable después de entrenar? Esas son señales de tu cuerpo que no debes ignorar, pues no son pereza o falta de disciplina (aunque estas también pueden andar al acecho), realmente se tratan alertas para evitar lesiones físicas o mentales que muchas veces quedan opacadas por la obsesión de dar el 100% en cada sesión.
El cuerpo habla, aunque a veces no lo queramos oír. El ego, en cambio, grita: quiere que levantes más, que corras más rápido o que te metas a esa clase nivel avanzado aunque apenas y hayas dormido. Volver al ejercicio también es aprender a cuidarte. Si necesitas descansar un día más, hazlo. A veces lo más fit que puedes hacer es dormir una hora extra.
Si no te divierte, cámbialo
Nadie dijo que regresar al ejercicio tiene que ser cargando pesas o en una caminadora. Entre tantas actividades físicas que puedes hacer, no debes quedarte con la que odias y la que probablemente haya sido la razón de que dejaste el ejercicio. Prueba algo que realmente disfrutes: baile, yoga, natación, patinaje, hasta salir a caminar con tu playlist favorita puede contar. El chiste es moverte y pasarla bien, pues lo que más ayuda a mantener el hábito no es la disciplina militar, es el gusto. Si te divierte, vas a querer repetirlo.
Pensar en cómo volver a hacer ejercicio tras un largo tiempo de inactivdad puede parecer una carrera contrarreloj en la que debes “recuperar lo perdido". Más bien, la idea es reconectar con tu cuerpo desde un lugar más compasivo, priorizando su bienestar porque, al final, moverte es una forma de decirle a tu cuerpo: “gracias por seguir aquí y permitirme hacer todo lo que quiero”. Así que, quítate la culpa, ponte los tenis y comienza. Pero comienza bien. Que tu regreso al ejercicio no sea un castigo, sino una celebración de que te puedes mover.