Suelen ser más comunes en otoño e invierno, pero los resfriados también se dan en pleno verano. De hecho, según especialistas, hasta un 20 % de casos se registran durante los meses más cálidos del año.
¿Por qué aparecen los resfriados en verano?
Son muchos los factores que pueden debilitar las defensas del organismo y aumentar la vulnerabilidad frente a virus respiratorios en el periodo estival.
Entre ellos:
Pasar de ambientes muy calurosos al aire acondicionado. Estos cambios bruscos de temperatura, unido a estos sistemas que resecan el ambiente y las mucosas, facilitan la entrada de virus.
Los viajes en trenes, autobuses y aviones, que son espacios cerrados en los que el riesgo de contagio aumenta.
Otro factor a tener en cuenta es el “parón” brusco de actividad al comenzar las vacaciones. “Cuando pasamos de una situación de sobreactividad, estrés y cansancio acumulado, a la inactividad casi total, nuestro sistema inmunitario se debilita”, señala Estanislao Nistal, doctor en Virología.
¿Cómo protegerse de los refriados de verano?
Para prevenir los resfriados de verano, el especialista recomienda ventilar los espacios cerrados, mantener una higiene de manos adecuada y evitar el contacto con personas contagiadas.
En la misma línea, las recomendaciones más específicas para esta época del año son:
Evitar los cambios bruscos de temperatura.
No ajustar el aire acondicionado a temperaturas muy bajas.
Mantener una humedad ambiental superior al 30%.
Cuidar la hidratación, sin abusar de bebidas muy frías.
Llevar una alimentación equilibrada que refuerce el sistema inmunitario.
Limpiar con frecuencia los sistemas de aire acondicionado.
Qué hacer cuando aparece el resfriado
Si, a pesar de tomar todas estas precauciones, nos contagiamos, es importante tratar los síntomas de forma conjunta y desde el momento de su aparición.
“Lo ideal sería actuar desde la aparición del primer síntoma hasta su desaparición”, sostiene el doctor Nistal.
Sin embargo, según un estudio de Kantar para Kenvue, más de la mitad de la población no actúa ante los primeros síntomas, y cerca del 40% solo recurre a medicamentos cuando la situación empeora.
¿Qué medicamentos tomar?
La opción más completa para abordar los diferentes síntomas de los virus respiratorios son los medicamentos antigripales:
Paracetamol, para tratar el dolor y la fiebre.
Dextrometorfano, eficaz contra la tos.
Clorfenamina, para reducir la secreción nasal y los estornudos.
Cafeína, que nos ayuda a combatir el cansancio.
Vitamina C, que, gracias a su efecto antioxidante, favorece la reparación de
tejidos dañados.
Tratar los síntomas para frenar contagios
Según los expertos, hay que tener en cuenta que tratar los síntomas respiratorios asociados a un resfriado también ayuda a frenar los contagios.
“Al reducir los estornudos, la tos y las secreciones, también podemos reducir la producción del vehículo de transmisión del virus y, por tanto, la probabilidad de transmitir la infección a otras personas”, concluye el doctor.
En cualquier caso, los expertos recuerdan que ante síntomas compatibles con una infección respiratoria es recomendable consultar con un profesional sanitario, ya sea médico o farmacéutico, para recibir un tratamiento adecuado.
