La aspergilosis es una enfermedad causada por un hongo muy común que, por lo general, afecta a los pulmones con síntomas como tos o sibilancias, aunque también puede infectar otros órganos y extenderse por todo el cuerpo
	 
	A continuación, repasamos cuáles son las causas, los síntomas y los factores de riesgo de la aspergilosis.
	 
	Causas de la aspergilosis
	 
	Según la Clínica Mayo, el aspergillus es un hongo ambiental presente en hojas, compost, plantas y cereales almacenados. Su inhalación suele ser inocua para personas sanas, ya que el sistema inmunitario neutraliza las esporas.
	 
	Sin embargo, en personas inmunodeprimidas, el hongo puede colonizar los pulmones y, en casos graves, diseminarse a otros órganos.
	 
	Es importante destacar que la aspergilosis no se transmite de persona a persona.
	 
	Síntomas más comunes y formas de diagnóstico
	La aspergilosis puede manifestarse de distintas formas clínicas, cada una con síntomas específicos, según el tipo y el estado de salud del paciente.
	 
	De acuerdo con la Clínica Mayo, ejemplo de ello son las reacciones alérgicas, aspergilomas, aspergilosis invasiva, etc.
	 
	Reacciones alérgicas
	Personas con asma o fibrosis quística pueden desarrollar una respuesta alérgica al hongo aspergillus, conocida como aspergilosis broncopulmonar alérgica. Según la Clínica Mayo, los síntomas más frecuentes son:
	 
	Fiebre
	Tos persistente, a veces con sangre o tapones de moco
	Agravamiento de los síntomas asmáticos
	 
	Aspergiloma
	Pacientes con enfermedades pulmonares crónicas como enfisema, tuberculosis o sarcoidosis pueden desarrollar cavidades en los pulmones. En estos casos, según la Clínica Mayo, el hongo puede formar una masa fúngica (aspergiloma) dentro de dichas cavidades. Aunque en un principio puede no causar molestias, con el tiempo puede producir:
	 
	Tos con sangre (hemoptisis)
	Sibilancias
	Dificultad respiratoria
	Pérdida de peso
	Fatiga persistente
	Aspergilosis invasiva
	 
	Es la forma más grave y se presenta cuando el hongo invade tejidos fuera del pulmón. Afecta a personas inmunodeprimidas por quimioterapia, trasplantes o enfermedades del sistema inmunitario. Según la Clínica Mayo, puede extenderse al cerebro, corazón, riñones o piel. Los síntomas más habituales incluyen:
	 
	Fiebre y escalofríos
	Tos con sangre
	Dolor torácico o articular
	Dificultad para respirar
	Cefaleas o alteraciones visuales
	Lesiones cutáneas
	Otras localizaciones
	 
	El hongo también puede afectar a los senos paranasales, generando:
	 
	Congestión nasal con secreción, a veces sanguinolenta
	Dolor facial
	Dolor de cabeza
	Fiebre
	 
	Factores de riesgo: ¿quiénes deben extremar precauciones?
	 
	Algunos factores aumentan la probabilidad de desarrollar aspergilosis:
	 
	Inmunodepresión: trasplantes, cáncer hematológico, sida avanzado
	Neutropenia: niveles bajos de glóbulos blancos por quimioterapia o enfermedades hereditarias
	Cavidades pulmonares: mayor riesgo de aspergiloma
	Asma o fibrosis quística: predisposición a reacciones alérgicas
	Uso prolongado de corticoides: facilita infecciones oportunistas
	 
	Prevención: medidas sanitarias frente a hongos ambientales
	 
	Evitar por completo la exposición al aspergillus es difícil. Sin embargo, quienes están en tratamiento inmunosupresor pueden minimizar riesgos evitando zonas con presencia de moho, como obras, silos y pilas de compost. En algunos casos, se recomienda el uso de mascarillas filtrantes, según la Clínica Mayo.