San Luis Potosí, SLP.- Consciente del riesgo que representa la Carretera Federal 57 para miles de transportistas e industrias, el legislador David Azuara presentó la iniciativa Alerta 57 ante dos voces clave del sector: la Confederación Nacional de Transportistas Mexicanos (CONATRAM) y la Unión de Usuarios de la Zona Industrial (UUZI).
La propuesta busca responder a una exigencia largamente ignorada: seguridad real en una vía que no solo conecta regiones, sino que mueve buena parte de la economía nacional.
Durante su encuentro con José Luis López, delegado de CONATRAM en San Luis Potosí, Azuara reconoció la lucha de años del gremio transportista.
“Durante años han exigido una carretera segura. Hoy, esa demanda se convierte en acción legislativa”, expresó.
La iniciativa plantea cuatro frentes: un punto de acuerdo para exigir intervención urgente del Gobierno Federal y tres reformas legales que abordan desde la infraestructura y vigilancia, hasta sanciones más severas y medidas de bienestar para los operadores.
El diagnóstico es claro: asaltos, accidentes y abandono han convertido esta arteria logística en una zona de alto riesgo. Para los transportistas, cada viaje representa una amenaza, y para las industrias, una posible pérdida millonaria.
Más tarde, en una reunión con Mario González Martínez, presidente de UUZI, David Azuara puso el foco en las consecuencias económicas que genera la falta de mantenimiento y seguridad en esta vía estratégica.
“Si colapsa la 57, colapsa la cadena de valor que ustedes sostienen todos los días”, advirtió.
El legislador propuso un plan integral con monitoreo digital, rutas alternas, paradores seguros y certeza operativa, elementos que permitirían a las empresas planear sin improvisación ni sobresaltos.
Entre los cambios más destacados de Alerta 57 se encuentra el aumento de penas por robo al autotransporte —de hasta 20 años de prisión— y sanciones severas para quienes saboteen la infraestructura vial. También se busca mejorar las condiciones del pavimento y atender la salud mental de los operadores.
“Esta lucha no se gana solos. Necesitamos a los líderes del transporte y la industria para presionar juntos por soluciones reales”, concluyó Azuara.
Con el respaldo de quienes viven y dependen diariamente de la carretera 57, la propuesta comienza a tomar fuerza como una exigencia colectiva y urgente para transformar una vía esencia, que hoy está sumida en el abandono.
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