San Luis Potosí, SLP.- Ante el preocupante incremento de denuncias por violencia vicaría e intrafamiliar en el estado, el arzobispo de San Luis Potosí, Juan Alberto Cavazos Arizpe, lanzó un llamado urgente a las familias potosinas para restaurar los lazos afectivos y volver a colocar a Dios en el centro del hogar.
Durante su más reciente mensaje dominical, el líder religioso expresó su preocupación por el deterioro de las relaciones familiares y señaló que factores como las presiones económicas, la enfermedad y los desacuerdos cotidianos no deben tener la última palabra en la convivencia familiar.
“El dinero, las enfermedades y los desacuerdos no pueden marcar el destino de nuestras familias. Tiene que haber un momento de reconciliación”, afirmó el arzobispo Cavazos.
Insistió en que la violencia no nace de la nada, sino de la desconexión emocional y espiritual dentro del hogar. Por ello, propuso reconstruir los vínculos familiares a través de la oración, el diálogo y la convivencia consciente.
“El ejemplo lo tenemos en la Sagrada Familia. Nos enseña a tener a Dios en medio de nosotros”, dijo. Asimismo, exhortó a las parejas, casadas o en unión libre, a que “inviertan tiempo, amor y alegría en la familia”.
El monseñor reconoció que muchas personas viven ocupadas con múltiples actividades, pero subrayó que el simple hecho de saludarse, preguntar cómo se sienten o compartir momentos juntos puede marcar una diferencia profunda.
“Siempre será bonito llegar a casa y saludarse, asistir a misa, participar en eventos religiosos, convivir como familia. El mirarse, abrazarse, reír juntos, llorar juntos, todo eso es necesario”, agregó.
El arzobispo también hizo énfasis en la importancia de proteger a las nuevas generaciones del abandono emocional y espiritual.
“Le pido a cada familia que deje que Dios entre en sus hogares. Oren juntos, convivan más, y no lancen a los jóvenes a la calle así nada más”, concluyó con firmeza.
Este mensaje se da en un momento crucial para el estado, que ha visto un aumento sostenido en las denuncias por violencia en el entorno familiar, especialmente aquella ejercida de manera indirecta a través de los hijos —lo que se conoce como violencia vicaría—.