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Premia FICG cine con conciencia ambiental

Agencia Reforma | 30/05/2025 | 10:27

Este año, seis largometrajes compiten por el Premio de Cine Socioambiental en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG). Aunque se trata de producciones realizadas en distintos puntos del planeta, varias comparten una inquietud común sobre cómo el modelo de vida humano ha alterado los ecosistemas y qué tipo de respuestas colectivas pueden pensarse desde ahí.
 
 "La preocupación por el impacto de la civilización es lo que vemos este año. Es lo que le llamamos las consecuencias del antropoceno, de la época humana. Esto se nota, por ejemplo, en la pérdida de biodiversidad. Pero las películas no solo muestran que se está perdiendo, también la preocupación ante esto y lo que podemos hacer al respecto", explicó Víctor González Quintanilla, responsable de difusión del Museo de Ciencias Ambientales y coordinador de esta sección del festival.
 
 Las películas en competencia son La Memoria de las Mariposas, de Tatiana Fuentes Sadowski (Perú-Portugal); La Montaña No Se Moverá, de Petra Selikar (Eslovenia-Macedonia-Francia); Seeds, de Brittany Shyne (Estados Unidos); El Pastor y el Oso, de Max Keegan (Estados Unidos-Reino Unido-Francia); The Red List; de Ross Pierson (Wales, Reino Unido) y Sólo en la Tierra, de Robin Petré (Dinamarca-España).
 
 La curaduría del premio corrió a cargo de Rodolfo Castillo-Morales, uno de los principales programadores del FICG, quien cada año revisa las películas inscritas para detectar cuáles son los temas que emergen con más fuerza en el panorama internacional. Este 2025, el número de postulaciones llegó a 76.
 
 "Los programadores tienen que ver todas las películas y escoger cuáles son los temas que convergen en el mundo. A veces hay años en los que los temas giran más en torno a la contaminación, otros sobre justicia social, migración o despojos de tierras. Lo que se busca es hacer justicia a esas confluencias para que se vean reflejadas en una selección de cinco", comentó González.
 
 Varias de las películas seleccionadas este año no solo abordan sus temas con profundidad, sino que también fueron realizadas a lo largo de varios años de trabajo continuo. Tampoco son obras filmadas a distancia, sino en acompañamiento cercano con las personas, territorios o procesos que retratan.
 
 "Hemos tenido nosotros películas aquí que se llevaron 10 años en hacer. Para poder retratar esas historias de esa manera, casi siempre son documentales. El cineasta prácticamente se va a vivir con ellos. Muchas veces terminan siendo partícipes, ya hasta amigos y familia de quienes están viviendo esos problemas", señaló.
 
 Destaca en esta edición la participación de mujeres cineastas, con cinco de los seis títulos seleccionados dirigidos por ellas.
 
 Aunque el edificio del Museo de Ciencias Ambientales aún no abre al público, sus programas ya están en marcha desde hace años. Uno de los más importantes es el que articula funciones de cine socioambiental con las preparatorias del sistema UdeG, acompañado por conversatorios guiados y análisis posteriores.
 
 "Empezamos a llevar estas películas a las prepas que nos quedaban cerca, pero poco a poco fue creciendo. Hoy, todas las prepas de la UdeG están cubiertas y tenemos un programa permanente que forma parte de la divulgación científica del museo. Trabajamos con más de 800 profesores y alcanzamos a 160 mil estudiantes durante el año", afirmó.
 
 El Premio de Cine Socioambiental comenzó como una muestra en 2009 y, desde hace cuatro años, se convirtió en una sección formalmente competitiva dentro del FICG.
 
 La sinopsis de cada película, así como los horarios y sedes de exhibición, están disponibles en el sitio y redes oficiales del festival.