San Luis Potosí, SLP.- A tan solo tres días de que se lleve a cabo una votación histórica el próximo 1 de junio, en la que los ciudadanos tendrán la oportunidad de participar en la elección directa de jueces, magistrados y otros integrantes del Poder Judicial como parte de la reforma impulsada a nivel nacional, la desinformación entre la población parece ser el principal obstáculo para el ejercicio democrático.
El equipo de Plano Informativo realizó un sondeo a pie de calle en diversos puntos de la ciudad, entrevistando a 50 personas con un rango de edad entre los 20 y 55 años, en su mayoría trabajadores activos o estudiantes de nivel licenciatura. Los resultados son alarmantes, solo el 10% (5 personas) afirmaron conocer el proceso de votación, mientras que el 80% (40 personas) declararon que no acudirán a las urnas, principalmente por desconocer a los candidatos o el mecanismo para emitir su voto. El restante 20% (10 personas) sí planean votar.
Entre las principales razones que mencionaron quienes no participarán en la jornada electoral, destacan frases como, “No sé ni quiénes son los candidatos”, “Se me hace muy complicado entender cómo se va a votar”, y “Prefiero no votar a votar mal”.
El bajo nivel de información entre sectores que, en teoría, deberían estar más conectados con los procesos democráticos —como trabajadores formales y estudiantes universitarios—, refleja una profunda desconexión entre las instituciones electorales y la ciudadanía. “Esto me suena como algo muy técnico, y nadie me ha explicado qué hacer”, comentó uno de los entrevistados.
Cabe señalar que esta elección forma parte de un proceso inédito, resultado de la reciente reforma judicial que busca dar voz directa a la ciudadanía en la elección de quienes imparten justicia. Sin embargo, la falta de campañas claras de información, así como la limitada cobertura mediática sobre los candidatos y sus perfiles, ha dejado a gran parte de la población en la incertidumbre.
El derecho al voto no solo representa una herramienta fundamental de la democracia, sino también una responsabilidad ciudadana. Que 4 de cada 5 personas entrevistadas se abstengan de participar por desconocimiento, habla de un reto serio en materia de educación cívica y comunicación institucional.
Si la intención de la reforma es acercar el poder a la gente, entonces es imprescindible que la gente sepa cómo ejercer ese poder. Una elección sin participación es una oportunidad desperdiciada. En este contexto, se hace urgente repensar cómo informar y formar a la ciudadanía, no solo cuando llegan las urnas, sino de forma constante y clara.
El próximo 1 de junio podría marcar un antes y un después en la forma en que se elige a quienes imparten justicia en México. Pero ese cambio solo tendrá valor si va acompañado de una ciudadanía informada, crítica y activa.