El cantante Smokey Robinson presentó una contrademanda por 500 millones de dólares contra cuatro ex empleadas domésticas que lo acusaron de agresión sexual, alegando difamación, abuso financiero a ancianos, angustia emocional e invasión de la privacidad.
La acción legal del ícono de Motown, de 85 años, se produce semanas después de que las mujeres presentaron una demanda colectiva por 50 millones de dólares en el Tribunal Superior de Los Ángeles, en la que lo acusan de múltiples delitos, entre ellos violación, agresión sexual y violencia de género.
Según documentos obtenidos por New York Post, Robinson -cuyo nombre real es William Robinson Jr.- negó categóricamente las acusaciones, calificándolas de "falsas, maliciosas y calumniosas", y comparó la denuncia con una "extorsión pública" llevada a cabo a través de una conferencia de prensa que calificó como "circo mediático".
El autor de clásicos como "Cruisin'" y "Baby Come Close" aseguró que las mujeres, quienes trabajaron en su hogar entre 2012 y 2024, eran tratadas como "familia extendida" y detalló que él y su esposa les ofrecieron beneficios adicionales como entradas a conciertos, vehículos, regalos en efectivo e incluso viajes pagados.
Como prueba de la cercanía, su equipo legal presentó fotografías de una de las acusadoras vacacionando con la esposa del cantante en Cabo San Lucas, así como mensajes de texto amistosos enviados después de las fechas en las que se habrían cometido los presuntos abusos.
Entre las acusaciones, una ex epleada aseguró haber sido violada por el artista al menos 20 veces desde 2012, mientras que otra afirmó haber sido agredida por primera vez en 2007 y violada en 2019.
Las cuatro demandantes alegaron que no denunciaron antes por temor a perder sus empleos, así como por vergüenza y miedo al escarnio público.
John Harris, abogado de las mujeres, calificó a Robinson como "un violador en serie que debe ser detenido" y sostuvo que sus clientas vivieron "terribles experiencias" mientras trabajaban para él.
En su contrademanda, Smokey solicitó que las cuatro ex empleadas sean identificadas por sus nombres, argumentando que ellas también deben rendir cuentas por lo que describe como una conspiración para difamarlo y dañar su legado.