Disney lo ha vuelto a hacer: el remake live-action de Lilo y Stitch se ha convertido en el mayor estreno del fin de semana del Memorial Day en la historia del cine estadounidense.
La cinta, dirigida por Dean Fleischer Camp y protagonizada por la joven Maia Kealoha como Lilo, logró una hazaña impresionante al recaudar 182.7 millones de dólares en solo cuatro días, superando marcas establecidas por gigantes como Avengers: Endgame y Top Gun: Maverick.
Uno de los hitos más sorprendentes fue el récord del lunes festivo, donde Lilo y Stitch recaudó 37 millones de dólares, superando los 33.8 millones de Top Gun: Maverick en 2022 y los 33.1 de Endgame. Esto coloca a la película entre las cuatro producciones con los lunes más taquilleros de todos los tiempos, consolidando su lugar como fenómeno del año.
El éxito en taquilla se atribuye a una combinación de nostalgia, una campaña de marketing efectiva y el atractivo de ver a Stitch revivido con CGI. Aunque las críticas han sido mixtas —algunos cuestionan el nuevo final y la ausencia del Capitán Gantu como antagonista—, el público ha respondido con entusiasmo. La actuación de Kealoha y la ambientación hawaiana han sido especialmente elogiadas.
A nivel internacional, Lilo y Stitch también está triunfando, acumulando más de 340 millones de dólares y perfilándose como un fuerte candidato a cruzar la barrera del billón. Incluso se especula sobre una posible secuela, anticipada por una escena postcréditos, lo que podría inaugurar una nueva franquicia para Disney.
A pesar de las dudas iniciales y la división entre los fans más puristas, Lilo y Stitch ha demostrado que la fuerza de la nostalgia, bien canalizada, puede ser imparable.