La del próximo 1 de junio será la elección con mayor proporción de voto movilizado e inducido en la historia de México, advirtió la consultoría Integralia.
En su último análisis previo a la elección, también señaló que será una jornada caótica, con gran desconocimiento de por quién votar, y con la más baja participación.
"Será la elección con mayor proporción de voto movilizado e inducido. La baja participación que se anticipa, la complejidad de las boletas y el gran número de cargos es el entorno propicio para que la mayoría de los votantes acuda por presión o compra y con "acordeón" para escribir los números dictados por partidos y gobiernos", afirma.
"Esto rompe con uno de los principios de la elecciones democráticas: el voto libre".
Integralia considera que aunque hay un sentimiento positivo sobre la elección judicial, persiste el desinterés en las campañas y el proselitismo de los candidatos no tuvo impacto.
"Se estima que las campañas digitales tendrán muy bajo impacto en el número de votos que obtengan las y los candidatos. En última instancia, la votación será más bien consecuencia de la movilización electoral", opina.
Aunque las encuestas indican que un mayor número de ciudadanos sabe que el 1 de junio habrá elección, añade, las condiciones en las que se realicen no auguran éxito.
El exceso de cargos y candidaturas será el gran factor que inhiba el voto, detalla, por ejemplo en la Ciudad de México un ciudadano votará, en promedio, por 51 cargos de entre 293 candidaturas.
"La complejidad de elegir entre un número tan alto de candidaturas en las boletas podría traducirse en un amplio porcentaje de votos nulos, que se sumará a un muy probable elevado abstencionismo".
También es una elección sin competencia en muchas zonas geográficas, advierte, pues se calcula que al menos existen 51 candidaturas únicas a nivel federal.
La gran simulación en lo local, recuerda Integralia, es Durango, donde existen 49 candidatos para igual número de cargos, por lo que no existe una elección real.
También resalta que la alta complejidad y tardanza en el conteo de votos contribuirá en la baja participación.
"Los temores: i) inducción y compra del voto; ii) número inusual de solicitudes para registro de observadores electorales; iii) falta de cancelación de boletas electorales sobrantes por parte de funcionarios de casilla, y iv) conteo de votos fuera del ojo ciudadano", resume en su reporte.
