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Iglesia llama a reforzar filtros de seguridad en antros

Ericka Segura | Plano Informativo | 28/05/2025 | 13:51

San Luis Potosí, SLP.- Tras el trágico fallecimiento de un menor de edad en un centro nocturno ubicado sobre avenida Muñiz, la Iglesia Católica potosina hizo un enérgico llamado a los responsables de la seguridad en antros y bares para que refuercen los filtros de acceso y eviten el ingreso de adolescentes a estos lugares.
 
El vocero de la Arquidiócesis de San Luis Potosí, Tomás Cruz Perales, pidió a los cadeneros —quienes tienen el control directo sobre el acceso a estos establecimientos— ejercer con mayor rigor su responsabilidad.
 
“Se pide a toda la gente que es responsable de la seguridad en los centros nocturnos, más a los cadeneros, que se fijen bien quiénes entran, y que no permitan el ingreso a menores de edad”, declaró el vocero.
 
La declaración se da luego del lamentable incidente ocurrido en un antro de la capital potosina, donde se suscitó una riña que terminó con un menor de edad acuchillado, quien más tarde perdió la vida. Este hecho ha reavivado el debate sobre la seguridad en centros nocturnos y la facilidad con la que los adolescentes logran acceder a ellos, muchas veces con identificaciones falsas.
 
Cruz Perales enfatizó que no sólo los antros tienen responsabilidad en estas tragedias, sino también los padres de familia.
 
“Los adolescentes tienen derecho a la libertad, pero también a la responsabilidad. Los padres deben saber a dónde van sus hijos, qué hábitos tienen, y cuidar el tejido social y familiar. Cuando se trata de menores, la responsabilidad es compartida”, expresó.
 
El vocero también recordó que esta no es la primera vez que ocurre una tragedia en un centro nocturno en la ciudad. Casos como el del antro “Rich”, que marcó profundamente a muchas familias potosinas, siguen siendo una herida abierta para la comunidad.
 
La Iglesia no sólo pide regulación a los antros, sino también vigilancia social y familiar, instando a una corresponsabilidad entre sociedad civil, autoridades y familias para evitar futuras tragedias.
 
Lo ocurrido no es un hecho aislado. Es un síntoma de un problema más profundo, la ruptura del tejido social, la negligencia de algunos centros de entretenimiento y, en muchos casos, la falta de supervisión familiar. Los adolescentes tienen derecho a crecer libres, pero también necesitan límites claros y entornos seguros para desarrollarse. Cuando un menor muere en un lugar al que nunca debió haber entrado, fallan los padres, fallan las autoridades, fallan los negocios y falla la sociedad. La tragedia en Av. Muñiz debe ser un parteaguas, no una estadística más. Si no actuamos ahora, seguiremos llorando por las pérdidas que sí se pudieron evitar.