LA SEMANA PASADA DEJAMOS esta columna en el punto en que cuestionábamos la falta de un convenio de colaboración entre el Estado y el municipio de San Luis Potosí respecto del cruce del Circuito potosí (Periférico o Boulevard Antonio Rocha Cordero) con la avenida Salvador Nava Martínez.
ALGUNOS DIRÁN QUE ESOS convenios nunca se cumplen o se convierten en letra muerta. Esa crítica ignora dos hechos.
PRIMERO, EL ESTADO YA DELEGA la operación cotidiana de semáforos sobre otras carreteras urbanas, como la prolongación Muñoz, sin que el cielo se caiga.
SEGUNDO, UN CONVENIO BIEN redactado puede incluir cláusulas de evaluación trimestral: si los índices de accidentes o tiempos de viaje no mejoran, el acuerdo se revisa o se revoca. La exigencia, entonces, no es legal sino política: voluntad de ponerse de acuerdo y presupuesto para sostener la solución.
EXISTE UNA ALTERNATIVA MÁS ambiciosa: pedir al Congreso local la “municipalización” del tramo del periférico que penetra la ciudad. El trámite, aunque posible, es largo: dictámenes técnicos, opinión de la Junta de Caminos, estudio de impacto financiero y votación en Pleno.
ENTRE ESPERAR EL LENTO RITUAL legislativo y padecer quien sabe qué tanto tiempo de embotellamientos, la ciudad corre el riesgo de asfixiarse en su propia burocracia.
POR ESO EL CONVENIO DE coordinación aparece como la salida más sensata y rápida; bastaría la firma del gobernador, el presidente municipal y la publicación en el Periódico Oficial para empezar a actuar. O sea, no va a pasar.
NO SE TRATA SOLO DE FLUIDEZ vehicular. En la última década, la glorieta ha registrado una de las mayores tasas de siniestralidad de la zona metropolitana: choques por alcance, atropellamientos y motociclistas lesionados.
CADA COLISIÓN ENCIERRA COSTOS médicos, judiciales y económicos que pagan familias y aseguradoras, pero que la estadística pública esconde bajo el rubro genérico de “falta de precaución”. Asignar a una sola autoridad la responsabilidad de ordenar el cruce permitiría, además, integrar datos de tránsito, semáforos inteligentes (sí, semáforos inteligentes previas obras de adecuación de infraestructura) y cámaras de vigilancia para diseñar intervenciones basadas en evidencia, no en ocurrencias.
SAN LUIS POTOSÍ SUELE enorgullecerse de su vocación industrial y su potencial logístico. Esa narrativa se estrella cada mañana contra el caos vehicular de sus vías estratégicas.
LA GLORIETA SALVADOR NAVA-Rocha Cordero es, hoy, el emblema de un modelo de gobernanza fragmentada que ya no puede sostenerse. La ciudad requiere, con urgencia, un pacto de movilidad que convierta la coordinación intergubernamental en obligación y no en gesto diplomático.
EL TRÁNSITO NO DISTINGUE colores partidistas; la inacción, en cambio, nos iguala a todos en la pérdida de tiempo, dinero y seguridad. Por eso, la discordia será quien dirija el tráfico en ese lugar, en tanto más se acerquen las elecciones estatales de 2027.
@jchessal