Aguascalientes, AGS; Aunque la palabra “inclusión” suena cada vez más en discursos escolares y políticas públicas, para muchos estudiantes en Aguascalientes sigue siendo más una aspiración que una realidad. Diversos testimonios de jóvenes LGBT+, con discapacidad, migrantes e indígenas revelan los retos que enfrentan en el entorno educativo.
En Aguascalientes no existe una legislación educativa específica que garantice el respeto a la identidad de género en el ámbito escolar, y la Secretaría de Educación estatal no ha emitido protocolos claros sobre el tema.
La Ley General para la Inclusión de las Personas con Discapacidad obliga a las instituciones a garantizar accesibilidad plena, pero muchos planteles en Aguascalientes siguen incumpliendo. Además, pocos docentes están capacitados en diseño universal de aprendizaje.
El Instituto de Educación de Aguascalientes (IEA) ha promovido campañas de convivencia escolar y respeto a la diversidad, pero aún no cuenta con indicadores públicos específicos sobre inclusión LGBT+ o migrante. La mayoría de los avances se quedan en lo administrativo o en lo simbólico.
A pesar de los obstáculos, hay esfuerzos desde abajo. Colectivos estudiantiles como Diversxs UAA o iniciativas como los “círculos seguros” en algunas prepas han generado espacios de contención y reflexión. También hay docentes que, por voluntad propia, se forman en temas de diversidad e inclusión.
Las escuelas de Aguascalientes están en camino hacia la inclusión, pero aún no han llegado. Mientras en los discursos se celebra la diversidad, en los salones persisten barreras invisibles y silencios incómodos. Escuchar a los estudiantes es el primer paso para construir espacios educativos donde todas las identidades quepan sin pedir permiso.