columnas

Los demonios de Tlalpan

Opinión

Cómo podemos evitar ser rehenes de la desinformación, si algunas son sesgadas, otras mentirosas, las de mayor gravedad, aquellas que son fabricadas para causar dolor directo a personas o grupos. Cada momento de nuestras vidas, desde el amanecer hasta el anochecer, vemos y oímos falsedades, programación de las masas dirán algunos, como terapia aplicada conductual. Existen métodos para desenmascarar a quienesmienten, que por alanzar segundos de fama y con micrófono en mano, hacen de las noticias un verdadero cúmulo de falsedades; cuando se juntan varios, se convierten en pandilleros de la desinformación. La gente cambia de canal, de estación de radio, las redes inundadas de portales de medios tradicionales, ven y oyen lo mismo, todo se repite una y otra vez que se termina creyendo que es verdad, como resultado las personas que sufren de estos ataques “informativos”, se convierten en replicantes, que, como graznidos de cuervos, eluden la realidad.

Mástiles 
Una desgracia, dos muertos, un ícono, mensajero de paz, sucumbió ante la técnica mal aplicada, el buque Cuauhtémoc, que visitaría 84 puertos en el mundo, un barco escuela con los mejores cadetes de la Armada de México como tripulación, sus mástiles cayeron. Pasaron minutos, no horas, minutos. Cuando los principales noticieros tradicionales de México, daban la noticia, pero sus “desinformadores profesionales” con tal de ganar “rating”, comenzaron a especular, a formar en el espectador la idea que los marinos mexicanos eran inútiles, mal preparados, de pronto todos ellos se “graduaron” como ingenieros navales y para finalizar el día ya eran doctores en el manejo de puertos. 

Carmen Téllez García, ¡si la Lilly!, si la loca, enfurecida, como desquiciada, fuera de sí, apoyada por su medio preferido Radio Fórmula y en su cuenta de X, maldecía a la presidenta. Vaya manera de hacer política, de quien nunca lo ha sido, burlándose de la desgracia, la señora de apodo “la loca del senado” no supo que el barco era conducido por un piloto norteamericano, que nunca iba a pasar por el puente, el barco se conducía en reversa, unos puntos clave para poder entender la tragedia. Lo que si no se entiende, es la forma miserable, mezquina, de una oposición dispuesta a todo.
La derecha de México, ante la falta de programas, ideas, debates, buscan formas para dañar al país, no al gobierno, si así fuera, serian dignos de sus cargos haciendo política.

Ya como hombres y mujeres de poder, han modificado sus posturas radicalizándola al límite del odio. La pérdida de privilegios los hace peligrosos y a eso se le llama fascismo. 

“Es preciso recobrar el sentido de la jerarquía, porque, de no hacerlo así, los hombres quedarán desorientados y sin guía”.  Francisco Franco dictador.

Así los prianistas, se han enganchado en que ellos son la solución a todos los males del país, ¿Cómo lo harían que antes no lo hicieron?, esa pregunta se les hace todo el tiempo, su respuesta, “la 4T está equivocada”.

La mezquindad de la derecha mexicana, acompañada con los “bombarderos informativos”, no dejaban de culpar a la presidenta Claudia Sheinbaum, “por permitir subir al barco a morenistas, ya neoyorquinos, promoviendo la reforma judicial ¿Qué tiene que ver la tragedia donde una o dos personas hicieran alusión a la elección de jueces? ¡Nada! ¡Absolutamente nada!, sin embargo, la senadora reaccionaria panista, María Lilly del Carmen, hace suyo el escándalo en el senado para mostrar sus limitadas corduras, haciendo y diciendo imbecilidades de un loco, pues la imbecilidad no tiene género.

Tlalpan
Una tragedia adicional, un cobarde asesinato de dos muchachos con un promisorio futuro. En el corazón de la República, en la calzada de Tlalpan, donde Cortés y Moctezuma se encontraron por primera vez, ahí los demonios hicieron lo que saben hacer, violentar al desprotegido y vulnerable.

Como el demonio tiene sus seguidores, tal vez satán acudió a su llamado. Solo basta ver y oír a las hienas de la oposición. Ricardo Anaya: “Fue un crimen de Estado”, ¡válgame Dios!, tendrá pruebas o se puso el saco, el también es parte del Estado.

Héctor Aguilar Camín: “Los jóvenes no traían un auto blindado, por cuestión de austeridad”, el miserable continuó, “los muchachos estaban a la intemperie, ofreciéndose de una manera muy fácil al sicario”, “no traían escoltas, ellos, (los muchachos) se creyeron su historia de que aquí no pasa nada”. Estás son las palabras de una persona habida de sangre, de frustración, de un intelectual orgánico en decadencia, ya caducado. Solo los fascistas piensan y actúan así.

A todo esto, viniendo de voceros de la ultraderecha mexicana, su pensamiento indigno, no se queda ahí, hubieran preferido que fuera la presidenta la atacada, o la Jefa de Gobierno de la CDMx y claro que si lo creo, solo con escuchar los deseos y lamentos del jefe de la mafia Felipe Calderón, “pierdan toda esperanza que no habrá intervención norteamericana en América Latina”, con Trump, “tendremos “un cambio de paradigmas; se acabó, el viejo orden de un Estados Unidos cooperante (con los golpistas, fascistoides) y líder del mundo. ¡it´sover!.
Si los norteamericanos no intervienen. entonces ellos afinarán sus métodos, para arrebatar el poder, que ya no ganan en las urnas.

De este tamaño es el deseo de volver al poder, de este tamaño es la desgracia que se nos puede venir si estos venden patrias, regresan al poder en México.

El crimen esta respondiendo a los resultados en materia de seguridad, que ha mermado sus organizaciones, movilidad, dinero, es la guerra. La preocupación y miedos de los mexicanos, es la seguridad de funcionarios de alto nivel, de todos los partidos políticos; solo recordemos que el fascismo se alimenta mermando en todas sus formas, los liderazgos formados en la democracia.

Nos saludamos pronto
Oscar Esquivel


   
     

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