El presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos Jr., pidió este jueves la dimisión de todos los secretarios de su Gabinete para "reiniciar" el Gobierno, después de obtener un resultado peor de lo esperado en las recientes elecciones a mitad de mandato.
Marcos Jr. "ha pedido la dimisión por cortesía de todos los secretarios del Gabinete", afirmó el palacio presidencial en un comunicado, una medida que busca dar al mandatario "el margen necesario para evaluar el rendimiento de cada departamento y determinar quién seguirá prestando sus servicios".
Esta orden llega después de que los candidatos al influyente Senado apoyados por Marcos Jr. en las elecciones a mitad de mandato, celebradas el pasado 12 de mayo, obtuvieran menos escaños de los esperados.
"El pueblo ha hablado, y espera resultados y no maniobras políticas o excusas. Les oímos, y vamos a actuar", señaló el presidente en el comunicado.
El Palacio Presidencial afirmó que los servicios gubernamentales "continuarán sin interrupción" durante la transición, en la que estudiará el "rendimiento" de los actuales secretarios antes de decidir si continúan en el Gobierno o son reemplazados.
El comunicado no indicó cuánto tiempo tardará Marcos Jr. en nombrar un nuevo Gabinete.
El hijo del dictador fallecido Ferdinand Marcos tiene tres años por delante hasta el fin de su mandato y, según la nota, la reorganización del Gabinete supone "una nueva etapa más aguda, más rápida y plenamente centrada en las necesidades más acuciantes de la población".
La medida llega después de que el presidente reconociera, el pasado lunes, que los malos resultados electorales se produjeron por la decepción de los filipinos frente a la actuación del Gobierno.
Los comicios a mitad de mandato estuvieron marcados por su enemistad con la vicepresidenta y antigua aliada, Sara Duterte, así como la detención el pasado marzo en Filipinas de su padre, el exmandatario Rodrigo Duterte (2016-2022), por orden de la Corte Penal Internacional (CPI).
Rodrigo Duterte se encuentra desde entonces detenido en La Haya, tras un arresto que sus seguidores calificaron de ilegal y aprobado por Marcos Jr., a la espera de ser juzgado por crímenes contra la humanidad cometidos en el marco de su sangrienta guerra contra las drogas.
Esta disputa abierta entre las poderosas dinastías, después de que Marcos Jr. llegara al poder en 2022 junto con Sara Duterte, ha acabado hiriendo también a la imagen del presidente. El mandatario reconoció el lunes que "los filipinos están hartos de la política", y afirmó querer reconciliarse con los Duterte.
El índice de aprobación de Marcos Jr. cayó a un 25 %, según una encuesta de Pulse Asia elaborada en marzo, una fuerte caída frente al 42 % registrado en febrero.
Especialmente, los encuestados apuntaron al fracaso del Gobierno para controlar la inflación, a la corrupción rampante en el país o a la falta de medidas para luchar contra la pobreza.
