Eurovisión no deja de ocupar titulares estas semanas, pero no ha sido la primera vez que la polémica rodea este festival.
Desde su creación el 24 de mayo de 1956, como un experimento de la Unión Europea de Radiodifusión (UER) sobre retransmisiones televisivas en directo, con solo siete países y cantando dos temas cada uno, han pasado casi 70 años en los que no faltan las polémicas.
España se estrenó en 1961 y forma parte del grupo de cinco países ('Big Five'), junto a Francia, Alemania, Italia y Reino Unido, además del anfitrión, que tienen plaza asegurada.
A continuación se recuerdan algunas de las polémicas que han rodeado este festival:
La polémica por el 'La, la, la' en la España tardofraquista
Además de ser pionero en las retransmisiones televisivas en directo, Eurovisión buscaba en su origen unir por la música a los países europeos después de la Segunda Guerra Mundial, pero no siempre ha podido ser así.
En España, la dictadura franquista quiso abrirse a Europa con este festival, especialmente en 1968. La negativa de Joan Manuel Serrat a acudir si no cantaba en catalán el tema 'La, la, la' llevó a Massiel al concurso que ganó por un punto al inglés Cliff Richard y su 'Congratulations'.
Se ha hablado durante años de presuntas presiones diplomáticas a algunos países para que votaran a España.
Países que fueron excluidos (o se pidió que lo fueran)
Rusia fue excluida oficialmente de Eurovisión en 2022 tras su invasión de Ucrania.
Israel, cuya exclusión del Festival ha pedido entre otros el presidente del Gobierno español, ya fue objeto de polémica por el conflicto palestino en 2019, cuando Eurovisión se celebró en Tel Aviv por su triunfo el año anterior, y se llamó al boicot.
Mucho antes, en 1993, Yugoslavia fue excluida en 1993 por las sanciones de la ONU durante la guerra de los Balcanes.
Georgia fue excluida en 2009 por una letra que hacía un juego de palabras sobre Putin -'We don't wanna put in'- y en 2013 Turquía por el sistema de votación o la participación de artistas LGBTQ+.
Rumanía fue excluida en 2016 por la deuda que tenía con la UER y Armenia se retiró en 2021 por la guerra con Azerbaiyán.
En cuanto a las banderas, en 2024 se criticó la decisión de prohibir que el público entrase con la de la UE, y en 2025 no se podían mostrar sobre el escenario las que representan al arco LGTBIQ+.
Anécdotas por los 'looks' de los participantes
Las anécdotas superan la política, como el caso de Conchita Wurst, nombre artístico del austriaco Tom Neuwirth, quien actuó con una llamativa barba, un cuidado maquillaje y un ajustado vestido largo de noche, ganó con 'Rise like a phoenix' y se convirtió en símbolo de los derechos LGTBI.
En 1997 fue polémico Paul Oscar, representante de Islandia y uno de los primeros artistas abiertamente gay en Eurovisión, por los conjuntos de cuero de él y sus bailarinas.
En España se suele recordar a Remedios Amaya, descalza sobre el escenario para cantar '¿Quién maneja mi barca?', o a Rodolfo Chiquilicuatre, que apareció con un tupé postizo, una guitarra de juguete y su 'Baila el chiki chiki'.
Uno de los años con mayor audiencia en TVE fue 2002 gracias a Rosa y otros concursantes de 'Operación Triunfo', aunque 'Europe's living a celebration' quedaría en séptima posición y sus 'looks' tachados de conservadores.
La puesta en escena de Donatan & Cleo, que representó a Polonia en 2014, provocó quejas de machismo. Aparecían mujeres vestidas como campesinas que realizaban movimientos muy sensuales mientras batían mantequilla.
El polémico televoto
La relación entre países, simplemente por vecindad, parece inclinar a veces los votos. También las diferencias entre la opinión de los jurados profesionales y los gustos del público han generado quejas.
En 1998, para fomentar la participación del público, la UER sustituyó los tradicionales jurados nacionales por la votación popular en cada Estado mediante llamada telefónica, de la que quedaba excluida la canción representante de cada país. En 2003 se permitió también la votación con mensajes SMS.
Eurovisión cambió en 2016 el sistema de votación. Primero votaron todos los jurados país a país y, posteriormente, se sumó el voto del público.
La cadena pública RTVE ha pedido una auditoría del televoto de este año, un sistema por el que cada persona puede votar hasta 20 veces a través de la aplicación de Eurovisión, por teléfono o por SMS. Tiene un coste de 0,99 euros por voto.
España con ese sistema ha dado la máxima puntuación del público, 12 puntos, a Israel tanto en 2024 como en 2025.