El aguacate mexicano, especialmente la variedad Hass, se ha consolidado como un producto de gran demanda internacional, generando beneficios económicos significativos para México y enfrentando desafíos ambientales y sociales que requieren atención.
México es el principal productor y exportador de aguacate a nivel mundial, con una producción anual que supera 1.4 millones de toneladas.
El pasado 5 de Mayo, la Asociación de Productores y Empacadores Exportadores de Aguacate de México (APEAM) reportó la exportación de más de 96 mil toneladas de aguacates a Estados Unidos. El Cinco de Mayo representa una de las temporadas de mayor consumo de aguacate en Estados Unidos junto con el Super Bowl.
El Super Bowl ha impulsado la demanda de aguacate mexicano, con exportaciones de hasta 110,000 toneladas para este evento deportivo, lo que refleja la importancia del fruto en la dieta estadounidense y su papel en la economía global.
Michoacán destaca como el estado líder en producción, aportando más del 80% del volumen nacional. La región conocida como el “Cinturón del Aguacate” incluye municipios como Tancítaro, Uruapan y Peribán, que han experimentado un crecimiento notable en las últimas décadas.
La industria del aguacate ha generado miles de empleos directos e indirectos en México, desde agricultores hasta transportistas y procesadores. Además, ha contribuido a mejorar la calidad de vida en comunidades rurales, reduciendo la migración y promoviendo el desarrollo local,
A pesar de los beneficios económicos, la expansión del cultivo de aguacate ha generado preocupaciones ambientales. El cultivo intensivo requiere grandes cantidades de agua, estimándose que se necesitan alrededor de mil litros por kilogramo de fruta, lo que es preocupante en regiones que sufren sequías, como Michoacán.
Además, se ha reportado deforestación significativa para ampliar las áreas de cultivo, afectando la biodiversidad y los ecosistemas locales. Una denuncia presentada ante la comisión ambiental del T-MEC acusa que la producción intensiva de aguacate en Michoacán ha llevado a la deforestación y al uso excesivo de químicos y agua, además de la construcción ilegal de presas.
Ante estos desafíos, la industria del aguacate en México ha implementado iniciativas para promover prácticas sostenibles. La APEAM ha lanzado la “Ruta hacia la Sostenibilidad”, una estrategia que busca mejorar la gestión ambiental en la cadena de suministro del aguacate, con metas como lograr emisiones netas cero para 2035 y deforestación neta cero.
Esta estrategia incluye programas de gobernanza corporativa, huertos sostenibles, empacadoras sostenibles, distribución y comercialización sostenibles, y restauración de la biodiversidad, los bosques y las cuencas hidrográficas.
Un ejemplo es el programa sostenible que se pondrá en marcha para el 2026. El propósito es manejar de forma responsable el uso del agua en todos los procesos de producción, desde los huertos hasta las empacadoras. Actualmente, más del 60% de los huertos en Michoacán dependen únicamente de la lluvia, mientras que otro 35% usa tecnologías eficientes como el riego por goteo y la microaspersión.
El aguacate mexicano ha alcanzado una posición destacada en el mercado global, generando importantes beneficios económicos y sociales para México. Sin embargo, es crucial abordar los desafíos ambientales asociados con su producción. Las iniciativas de sostenibilidad emprendidas por la industria representan pasos positivos hacia un equilibrio entre el crecimiento económico y la conservación del medio ambiente. El futuro del “oro verde” dependerá de la capacidad de México para mantener su liderazgo en el mercado global mientras garantiza prácticas agrícolas responsables y sostenibles.