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columnas

Manantial es sinónimo de origen

Rodolfo Ornelas | 16/05/2025 | 14:23

Si el ser humano tuviera la oportunidad de observar una flor amarilla germinar, reinaría la paciencia. Ver algo nacer expande la sensación de belleza de nuestro mundo. Cuando, por ejemplo, nos disponemos a escuchar una anécdota en el chisme de sobremesa de los martes al mediodía, somos fascinados por su desarrollo. Ansiamos contar, y el otro oír, el meollo del asunto. Y entonces declaramos el atajo en la historia con la frase de "Para no hacerte el cuento largo". Pero déjeme decirle que existe otra parte en los relatos poseedora de enorme brío y es muchas veces menospreciada e infravalorada: el inicio, sinónimo de origen.

Sentados ante una página en blanco, muchos escritores se atormentan por idear, tejer o descubrir con qué frase arrancar. Cuando pequeños, el "Había una vez..." suponía piel erizada debido a lo que estaba por aparecer frente a nuestros ojos, similar a desarrebozar una primera página de un libro nuevo ahora ya crecidos. Lo mismo ocurre cuando uno va al cine o al teatro y, especialmente cuando no hay palabras de por medio en la escena, una actriz o actor nos envuelven desde su primera aparición. Dice el director de cine Guillermo del Toro que un actor debe ser muy consciente de su entrada y de su salida. Cuando la aparición es como lo apunta el realizador tapatío, el público se derrite y deposita su confianza en manos del intérprete, que lo llevará a través de un viaje de sensaciones, atmósferas e imágenes. Cuando un inicio u origen de la experiencia es como la describo, la magia se apodera de nosotros los testigos. En México he visto inicios imborrables de mi memoria con artífices teatrales como Julieta Egurrola, Luisa Huertas e Ignacio López Tarso.

Ahora bien, los mágicos orígenes aparecen en grandes teatros, sí, pero también en la vida que pasa fuera de los recintos de representación. Un origen es un milagro. Nosotros le rogamos a la vida que nos abra puertas hacia lo que deseamos, y que ello se vuelva manantial enérgico a través de lo que somos. Así, esos milagros vienen en forma de inicios maravillosos: un largamente acariciado embarazo, la mudanza a la casa de sus sueños, ser contratado en una empresa en la que suspiraba portrabajar, un enamoramiento mutuo. Todo esto lo damos por sentado como si la vida nos lo debiera. Pero lo que estamos observando, es el nacimiento de algo que no existía antes, ya sea dentro o fuera de nosotros mismos. ¿No le parece, querido lector, un milagro tener la oportunidad de ver algo nuevo gestarse? Si nos detuviéramos y verdaderamente miráramos, desterraríamos la impaciencia.

Pensar en que esto que llamamos mundo tuvo también su origen, es admitir que no somos dueños de él. Hubo alguien, en cierto momento de la historia, que inició un idioma, que pensó en contar una historia, que comió por primera vez. Ciertos comienzos suceden por naturaleza, y otros requieren de nuestra mano. Y en la receta los ingredientes son imprevistos: iniciar puede ser incómodo y lioso; es verbo despertador del dragón que arrastra lo que encuentra y lo lleva fuera de la putrefacta zona de confort. Agarrar los comienzos por los cuernos es estar dispuesto a la revolución.

Si usted se pone vivo y se vuelve osado al soñar despierto, dando rienda suelta a la imaginación, puede atrapar avioncitos de papel y convertirlos en inicios. Cualquier semilla puede significar una melodía conmovedora. Soñar es el acto envalentonado de arrancar, ¿o será que arrancar es el acto envalentonado de soñar?

Los inicios de una persona pueden tener forma de comidas familiares en viernes por la tarde, de paseos por el centro histórico, de carreteras de ida vuelta cada semana, de mole, de quesadillas, de enchiladas potosinas, de casa de los abuelos, de maestros y mentores. Y hay también inicios que no salen de la nada, vienen después de una vuelta de hoja. Sepa, querido lector, que siempre se puede volver a empezar. Si hoy no fue día de comienzos, brotes, orígenes y manantiales, nada le impide al mañana serlo.

Le dejo una recomendación musical para su fin de semana: La canción "Las Piedras Rodantes (ft. Alex Lora)", versión de La Sonora Dinamita.