San Luis Potosí, SLP.- Representantes del gremio médico han expresado su preocupación ante lo que consideran una carga administrativa innecesaria impuesta por recientes disposiciones fiscales. Las nuevas reglas del Servicio de Administración Tributaria (SAT) han encendido las alarmas en el sector salud, ya que implican un involucramiento directo de los pacientes en los procesos fiscales de los profesionales de la medicina.
Marco Antonio Vázquez Rosales, expresidente del Colegio de la Profesión Médica de San Luis Potosí, cuestionó severamente la medida que requeriría a los médicos no solo emitir facturas por sus servicios, sino además proporcionar a sus pacientes su constancia de situación fiscal y un comprobante de satisfacción del servicio prestado.
"Se está trasladando al paciente una responsabilidad que no le corresponde", señaló Vázquez Rosales. "No es función del usuario de servicios médicos actuar como fiscalizador. Para eso existen las auditorías y los mecanismos institucionales".
De fondo, esta disposición parece apuntar a limitar el uso de facturas médicas para deducciones personales en declaraciones fiscales. Sin embargo, el impacto podría ir más allá de lo administrativo, algunos especialistas advierten que estas exigencias podrían vulnerar la relación médico-paciente, que tradicionalmente se ha sustentado en la confianza y la confidencialidad.
La propuesta ha sido vista por el gremio médico como una medida improvisada y carente de sustento legal claro. “Parece más una ocurrencia que una política pensada”, dijo el también médico y exdirigente colegiado. “No puede esperarse que los pacientes funcionen como filtros fiscales cuando ni siquiera están facultados legalmente para ello”.
El sector médico en San Luis Potosí ha empezado a discutir los posibles caminos legales y administrativos para enfrentar estas disposiciones, al considerar que podrían vulnerar derechos tanto de los médicos como de los pacientes.
Mientras tanto, se espera una aclaración oficial por parte del SAT sobre el alcance y obligatoriedad de estas nuevas medidas. Por ahora, el descontento crece entre los profesionales de la salud, quienes ven en esta política no solo una carga más en sus actividades cotidianas, sino una señal de desconfianza hacia su labor.