LA CIUDAD CAPITAL SE ensombrece con crímenes como el ocurrido el mediodía del pasado sábado, cuando una mujer fue asesinada de una cuchillada en el cuello y dos disparos al resistirse al robo de la nómina de una empresa de materiales de construcción. Los responsables se dieron a la fuga en dos motocicletas mientras una familia está desgarrada por el dolor y exigiendo justicia, la Policía Municipal ni sus luces.
ESTE CASO LAMENTABLEMENTE es uno de muchos más que se han registrado en los últimos meses en esta capital, los niveles de seguridad se han caído de manera drástica ante el deficiente trabajo del alcalde Enrique Galindo Ceballos, la vigilancia no se ve, no se palpa, no hay operativos, se respira un ambiente de miedo e inseguridad, hay signos de ingobernabilidad por andar más ocupado en eventos que rayan en la frivolidad y en perseguir a sus críticos.
LAS CIFRAS DEL INEGI, LAS encuestas y la percepción ciudadana muestran al alcalde Galindo reprobado en seguridad, sin una idea concreta ni un rumbo definido, como si pretendiera que fueran otros niveles de gobierno, como el estatal y el federal, los que hicieran la chamba que le corresponde; no se coordina y no asiste a la mesa de construcción de la paz, es el más faltista de todos los alcaldes.
DE QUÉ SIRVIÓ ELEVAR EL RANGO de la dependencia a Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana si el titular Juan Antonio Villa Gutiérrez no termina de conocer la ciudad, aún se pierde en sus calles y no ha podido articular un solo operativo en una colonia, no se mueve o declara si no se lo ordena el propio Galindo, quien se encarga de manera directa de este tema, alegando su experiencia como jefe policiaco, que lo fue en el estado y a nivel nacional con resultados controvertibles.
LO QUE HEMOS VISTO EN CASI cuatro años de gobierno solo han sido ocurrencias de mercadotecnia comercial, campañas de chispazos como “la capital del sí”, la ciudad “amable”, la “capital del árbol”, la “capital de la cultura”, patrullas vistosas que no circulan por la ciudad, frases encomiásticas de sí mismo como la de “yo detuve al Chapo Guzmán”, “Paseo Esmeralda” (para atraer a más ambulantes), premios comprados al por mayor y viajes al extranjero sin justificación y a costa del erario para revestir su imagen personal de atributos de los que carece.
LA REALIDAD SE HA ENCARGADO de desmentir a Galindo, a los potosinos no se les puede seguir engañando, los servicios municipales pasan por su mejor momento, el del agua potable es un agravio para miles de familias, el recurso hídrico lo concentran unos cuantos y construyó un elevador para la tercera edad en una zona donde no hay peatones y ya quedó al descubierto el millonario negocio de los parquímetros y de la renta de flotillas de vehículos para uso personal de funcionarios de primer nivel.
LO MÁS PREOCUPANTE ES QUE EL gobierno del alcalde Enrique Galindo esté usando recursos públicos para atacar a los medios de comunicación; a sus críticos y activistas a través de portales anónimos se busca silenciar con amenazas a quien se atreve a denunciar los excesos de su administración.