San Luis Potosí, SLP.- A pesar de que gran parte del país mantiene la mirada puesta en los estragos de la sequía, San Luis Potosí parece tener un respiro momentáneo. Así lo da a conocer los reportes de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), la entidad no enfrenta actualmente una crisis en el suministro de agua, aunque los expertos advierten que el verdadero reto podría llegar en 2026.
Darío Fernando González Castillo, delegado estatal de la Conagua, confirmó que los principales embalses del estado mantienen niveles favorables. Presas como El Realito y San José se encuentran al 80% de su capacidad, mientras que El Peaje alcanza un 70% y La Lajilla, en la Huasteca, se sitúa en un destacado 92%. Incluso, el sistema Potosino ha podido derivar agua recientemente gracias a una recarga oportuna.
“Hoy no estamos en una situación alarmante”, comentó González Castillo, aunque subrayó que este escenario puede cambiar si las condiciones de sequía persisten y se agravan el próximo año.
En este contexto, la Conagua mantiene una vigilancia activa sobre las proyecciones del clima y las decisiones de los comités de cuenca, con el objetivo de reaccionar a tiempo ante cualquier cambio drástico.
Una de las medidas más relevantes se está aplicando en la Huasteca potosina, donde el riego agrícola se está regulando con precisión quirúrgica. Como estrategia de conservación, se suspendió temporalmente el riego en la cuenca del Río Valles durante los primeros tres días de la semana. La pausa rindió frutos, el nivel del río logró incrementarse en 11 centímetros. A partir del jueves, solo se reactivaron los sistemas tecnificados, mientras que los tradicionales permanecen en pausa.
González Castillo aseguró que los esquemas de manejo hídrico se están ejecutando conforme a lo planeado tanto en la Huasteca como en la zona media. Aunque el abastecimiento está garantizado este año, el llamado a la prevención no se hace esperar, el 2026 podría representar un nuevo episodio crítico en la historia hídrica del estado.
Por ahora, San Luis Potosí gana tiempo. Pero el reloj de la sequía no se detiene.